MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR NUESTRO BLOG

domingo, 16 de agosto de 2020

BRISA QUE TODO SE LLEVA

Sol que calienta el cuerpo. Brisa que lo refresca y todo se lleva. Silencio que agudiza el sonido de esa brisa al chocar con mi pelo, cuando acaricia las hojas de las altas palmeras del vecino. Escuchar el chirrido de un columpio. El columpio de mi pieza TEA que, sin dar tregua, sonríe al cielo mientras su cuerpo de balancea hacia delante y hacia atrás. De vez en cuando, un grito de sobrada alegría y vuelta a darse impulso. De fondo nos acompaña una cancioncilla de estilo árabe banda sonora de un vídeo de carreteras del que es fan mi pieza TEA.

En la piscina esperan dando tumbos y vueltas sin parar dos grandes flotadores. Es pronto todavía para meterse y zambullirse una y otra vez y notar el cuerpo volátil.

Es domingo. Una paz asombrosa nos acompaña. No me fío. Espero que de un momento a otro esa tranquilidad absoluta se rompa con un chillido histérico de mi pieza TEA. Como ocurre a diario. Día tras día la alegría eterna de mi pieza TEA se desgarra por un grito agudo, malo, enfadado y unos lagrimones y sollozos que parecen no tener fin. Las puntas horas, los malditos relojes que están por todos lados. No hay patrón para poder anticipar. No es ver les "seru seru". No se le pasa la hora para ver tal concurso o hacer tal o cual cosa. No, no se le pasa. Al contrario, no llega. Esa hora que quiere ver aún está por llegar. Y no es una hora concreta. Es un sinsentido. De golpe es como si su cerebro le alarmara que ese minuto concreto no está. No ha llegado y no lo ha visto. Lo único q se repite es que su berrinche empieza diez minutos antes de la hora que me dice que quiere ver. A partir de ahí nos toca buscar estrategias para calmar su ansiedad, su pena, su agonía hasta llegar a la hora deseada.

SuperpapáTEA probó con éxito el explicarle cuántos minutos quedaban y desde entonces yo también lo hago, contando con los dedos de las manos, para que visualice y lo tenga claro. Funciona... Pero sólo a veces.

Un nuevo episodio de manías y rigideces. Este un poco más difícil, tremendamente largo y complicado por la falta de solución. Mucho más intenso porque puede repetirse varias veces al día y cuando menos te lo esperas. Pero pasará. Un día u otro. Llegó un buen día y seguro que se irá sin darnos cuenta.

Mientras, sigo disfrutando de ese silencio, ese sol que calienta el cuerpo y esa brisa que lo refresca y todo se lleva.


No hay comentarios:

Publicar un comentario