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martes, 30 de junio de 2015

DESPEDIDAS... HASTA SIEMPRE

Y llegó. Llegó el día. Un día que desde hace unos meses temo. Hoy terminan dos largos años en el cole de los peques. Dos años totalmente diferentes el uno del otro. Dos años donde primero odié, lloré, me enfadé, negué, sufrí... Y un segundo donde disfruté, viví, sonreí y acepté. El otro día fue Montse (la senyu) quien se medio despedía de un reto que a mi modo de ver pasó de ser un reto profesional a ser un reto personal. Hoy soy yo, Mon (mamá de mi pieza TEA) quien, con lágrimas en los ojos (ya sabes, Montse y muchos, que poco me cuesta), se despide de este pequeño refugio que durante dos intensos años ha sido esta escuela.  

  

He deseado durante días y noches que este bonito período jamás acabara, que la vida quedara suspendida un año más ahí. Mi pieza TEA con sus tres grandotes años aprendiendo de la mano de Montse nuevas cosas. Quizás no haya aprendido los colores, ni a escuchar cuentos y ni tan siquiera a hablar. Pero da igual. Arnau ha aprendido a confiar en los demás, que mami no es la única persona en el mundo, ha superado miedos como ruidos horribles o adentrarse en lugares desconocidos, a aceptar a sus compis aunque en la distancia, ha aprendido canciones muy chulas que mami no sabía, ha aprendido a dar su original beso de mano o de cabeza cuando llega y cuando se va, se ha permitido el lujo de mirar alguna vez a los ojos de su "mami" del cole, a lavarse las manos, aunque no le guste la manera de hacerlo... Es mucho mejor dejar escapar tranquilamente el agua entre sus manos que frotar una masa espesita y blanca... Incluso ha aprendido ha estar relajado en el regazo de su maestra primero y en el de las demás educadoras después. En fin.. Un montón de cosas para seguir avanzando en su camino por la vida, pequeñas grandes cosas que parece que no requieren ningún esfuerzo, pero que para mi pequeña pieza TEA ha sido una gran cuesta que subir.
Sin embargo, la vida sigue. Los años pasan, a veces lentamente a veces demasiado rápido. Arnau acaba una etapa hoy, para iniciar en dos meses una nueva etapa que ni él ni yo ni nadie sabe lo que nos depara. Sólo deseo lo que todos los que quieren a este pequeñajo desean: otro ángel de la guarda. Otra persona con la humanidad, el sacrificio y la paciencia que tú Montse has tenido con Arnau. A tu manera, sé que te has preocupado por ver disfrutar a mi pieza TEA, por hacerle sonreir, para que estuviera tranquilo. Sé que para ti cada sonrisa sincera de Arnau ha sido un premio, una meta alcanzada. Y yo tan sólo deseo que Arnau siga topándose con personas como tú. Nunca sabremos si Arnau te echa de menos o no (yo creo que a su manera sí) pero lo que sí sé es que yo echaré de menos la confianza que me has dado, el apoyo que sin dudar me has brindado y sobretodo los kleenex que me has tenido que dejar jajajaja (si no ponía un toque de humor.... Un drama hubiera sido).
En fin, como suele decirse, no es un adiós, es un hasta luego, un hasta siempre. A partir de septiembre recuerda mirar a este petit príncep en la distancia y observar que sí, que sigue adelante.
Muchas gracias una vez más por todo. Ah! Y a todo el equipo del cole por aceptar y apreciar a Arnau sin reparos y como un niño más. No sabéis todo lo que habéis llegado a hacer por él. De verdad.




viernes, 26 de junio de 2015

"MAMI, CÓMO ME DIVIERTO"

Desde bien pequeñita (diría que desde que tenía poquísimos meses) mis vacaciones las recuerdo rodeada del azul de mar. De playas con arena fina o arena gorda, playas que cubrían a los dos pasos y playas que aunque caminaras y caminaras nunca llegaban a cubrir. Recuerdo playas donde el fondo del mar sólo es arena y la playa de mi vida, la que tenía un mundo escondido bajo el agua. Mis recuerdos también giran alrededor de esos castillos hechos con los cubos y las palas, cogiendo arena húmeda para que no se derrumbara al sacar el cubo, o esas montañas "de Montserrat" que decíamos mi hermano y yo y que elaborábamos cogiendo arena con mucha agua y dejábamos caer gota a gota hasta que se perdía la verticalidad.
La playa, el mar, la arena, el olor a crema solar, el agua fría... Primero lo disfruté con mis padres y mi hermano. Ahora lo disfruto con mi pieza TEA. Pero es distinto. No construimos castillos, no utilizamos el cubo y la pala, ni siquiera hacemos un agujero hondo par encontrar agua, ni obras de ingeniería como hacer puentes y que pase el agua. La experiencia del mar y la playa y mi pieza TEA, es tremendamente diferente.


viernes, 19 de junio de 2015

CRECIENDO CON ARNAU

Este post es uno de esos post que recomiendo un kleenex. Un post que no he construido yo, que no he escrito yo, sino una de las personas que se han convertido en parte importante de mi querida pieza TEA. Es uno de aquellos pequeños tesoros que a veces nos regalan las personas que rodean y sé que adoran a mi pieza TEA. Hoy no es su superabuela TEA la que habla, no es tampoco su maravilloso papá TEA, ni siquiera yo, su mamá TEA. Hoy escribe y sé que lo hace desde muy adentro su supermaestraTEA.  Moltes gràcies Montse per ser capaç d'entendre i estimar aquest petit príncep. 


"He tenido la suerte de ser una implicada en la vida de Arnau y más concretamente de su primera y más temprana etapa educativa. Agradezco pues que en todos estos años de trabajo haya aparecido él en mi camino, quién me ha hecho ver más aún, lo maravillosa que es  esta  mi profesión.
Quizás como educadora lo que de mí se espera es que exponga aquí lo que ha aprendido Arnau en estos 3 primeros años y lo único que tengo que decir es que de la misma manera que sus 13 compañeros y compañeras ha aprendido entre muchas otras cosas a…
Observar y probar, a pensar y ejecutar, a escoger y decidir, a intentar y volver a intentar, a comunicarse con su entorno, a aceptar y rechazar, a recibir y a ofrecer, en definitiva a convivir entre sus iguales, a construir vínculos…

                    

Pienso que la mayor riqueza es hablar de lo que él me ha ofrecido y me ha regalado, tanto profesional como personalmente.
Profesionalmente he pensado durante mucho tiempo que mi tarea como educadora era justamente educar a los niños y niñas para que se adaptaran al mundo externo que los envuelve, pero  realmente mi propósito va a ser construir un mundo individual y particular para cada niño y niña. De esta manera he entendido que debo unir mente y corazón en el momento de desarrollar mis tareas educativas, y que no únicamente es cuestión de tener en cuenta lo que los niños deben ser capaces de desarrollar en esta etapa, sino de iniciarlos en la preparación de resolver los retos que la vida les depare.
De manera personal he aprendido que cada uno tenemos un lugar importante en la vida y tenemos derecho a utilizar el tiempo necesario para llegar a ese sitio y realizar nuestro propósito. Y nadie debe creerse en el derecho de poder sustituirnos.
También me he dado cuenta de que aunque parezca que el pequeño corazón del ser humano no tiene espacio para acoger a todo el mundo, su capacidad es infinita. Yo en lugar de seleccionar he decidido hacer un hueco a cada persona o personita que pase por mi vida, tú Arnau y tu familia ya tenéis vuestro espacio  en él.
También de la mama de Arnau he aprendido como persona y como madre.
Lo tenía bastante claro pero el conocer a la mama de Arnau me he reafirmado en mis propósitos de no desfallecer nunca, de estar al pie del cañón día tras día en todo lo que envuelve a mis hijos, a luchar para conseguir y a aceptar en el momento oportuno. Aunque a veces uno piense que camina sin guía, siempre aparece una salida.
Con ella he descubierto pero sobretodo he entendido un gran proverbio árabe que dice:
“Bendecidos sean los padres que dan raíces y alas a sus hijos”.
 
Soy testimonio de la gran riqueza con la que ha llegado Arnau a este mundo.
La riqueza interna de la que he sido una privilegiada en recibir, con sus buenos días a través de una caricia, la felicidad que me ha transmitido con sus sonrisas, y cristalinas lágrimas me han alertado de sus angustias y malestares…, hemos crecido los dos sin soltarnos de las manos.

   


 ¿Se necesitan palabras para recibir?.  Gracias Arnau, yo no las he necesitado. 


         
También he tenido la suerte de conocer la riqueza que lo envuelve, es la que le ha dado la vida, su familia. La que siempre estará a su lado, que será la última en rendirse, que le ayudará a caminar y a conseguir. Son su tesoro más preciado y él lo sabe.
Lo que me queda satisfactoriamente a su partida hacia la escuela es el regalo que me ha dado la vida al haber podido contribuir con mi persona a conseguir que el Arnau haya y continúe evolucionando como persona y así  llegue a ser quién quiera ser. Tengo la certeza absoluta que tanto él como su familia que lo acompañará siempre no permitirá que nadie dude de ello.
Adelante Arnau!, aunque nos despidamos al final de este curso siempre te llevaré en el corazón.

    Montse"


martes, 16 de junio de 2015

GARABATEANDO

Mi experiencia laboral con niños pequeños durante unos cuantos años me llevaron a tener unas tablas mentales de lo que toca hacer o no en cada edad. Una especie de tablas de la "normalidad" que grandes teóricos han fundamentado a lo largo de los años, basándose en cientos de observaciones y estudios y que curiosamente se suelen adaptar a los patrones que durante esa etapa de mi vida fuí observando (para conocer aspectos evolutivos según la edad pinchar aquí). Los primeros pasitos a los 10-12 meses, primeras palabras a los 12, interés por garabatear a partir de los 12, pañales a los 24, empezar a comer solo a los 18 meses... Y así un sin fin de pequeños grandes triunfos que la gran mayoría de pequeñajos de mi aula conseguían no sin su esfuerzo. 
Toda esta experiencia, estas tablas de lo que toca o no toca hacer no me han servido para nada con mi pieza TEA. Salvo el andar que siendo movido como es no le costó nada, el resto ha ido surgiendo con "retraso". Por poner algunos ejemplos cuando tenía 9-10 meses masticaba toda la comida que le pusieras en la boca. Y yo llena de alegría porque el sólido puede ser un reto peliagudo para muchos niños. Sin embargo un día decidió por sí mismo que no quería ni oír hablar de minitrozos. No había manera de engañarle. Así que me dejé llevar por la "comodidad" de los triturados y sopas para comer y cenar y pan y galletas (que curiosamente engullía sin reparo) para sus meriendas y tentempiés. Finalmente cuando cumplió dos años me puse dura conmigo misma y decidí acabar con los triturados y.. Oh! Sorpresa! Todo lo que le ponía, se comía. Es cierto que hay algunos alimentos que no quiere ni olerlos (entre ellos el apreciado chocolate!). 
Y lo mismo sucedió con lo de comer solito. Mi pieza TEA se caracteriza por el movimiento sin descanso (aunque vamos mejorando poco a poco). Tozuda de mí, y recordando los aprendizajes y mis tablas mentales, creí que era oportuno que aprendiera a estar sentado en una silla en vez de seguir atado a una trona. Así que mesita y sillitas de su tamaño decidí pasar las comidas allí. ¿Comía sentado? ¿se estaba quieto? la respuesta a las dos es Sí... pero con trampa. Para poder estar sentado, mientras comía la mesa rebosaba de juguetes. Un día su tambor musical, otro día sus cubos, algún día un pianito y a veces todos. Y comer solo, ¿Lo hacía? la respuesta... NO! Pero era evidente, tenía las manos ocupadas en sus menesteres de ocio. La solución llegó para navidades. Sentado en una trona en casa de sus abuelos y con su plato favorito delante, nadie le ayudaba. El hambre llamaba a su estómago y así empezó a coger el tenedor y la cuchara. Vi claro que el proceso tenía que ser al revés. Primero aprender a comer solo y descubrir que "no necesito a nadie para zamparme mis espaguettis" y después una vez el placer de comer solo se apoderara de mi pieza TEA llegaba el turno de desatarse y aprender a estar sentado cuando se come, sin juguetes ni trampas, tan solo mi pieza TEA, su plato y su tenedor... y yo cantándole sus canciones favoritas y ayudándole en esos pequeños problemillas que dan a veces las bolitas de maravilla cuando quedan pocas.
Así que mi pieza TEA jamás deja de sorprenderme porque sus aprendizajes surgen "com el bolets" que se dice por nuestras lares, como sin previo aviso, sin preparación. Y eso me fascina porque nuestras vidas están llenas de pequeñas grandes sorpresas, de logros que para muchos será poco pero que para nuestra familia TEA es lo más.
Y hace poquito, unas tres semanas, mi pieza TEA aprendió algo más. Algo que me sorprendió porque no le interesaba: garabatear. Como con todo lo demás, mi experiencia me decía que todos los niños dibujaban sus garabatos desde bien pequeñitos. Algunos con fuerza y energía, otros con desgana y tranquilidad. Algunos combinaban muchos colores, otros eran monocromos. ¿Y mi pieza TEA? a él no le interesaba. Una vez con dos añitos pareció inspirado y con mi ayuda realizó un precioso dibujo con ceras y muchos colores.


Sin embargo, fue un espejismo, ya que aunque nos pusimos manos a la obra muchas otras veces, el interés era nulo. Pero como he comentado antes, mi pieza TEA es una caja de sorpresas. Y el pasado 29 de mayo (lo sé porque de la emoción lo apunté), estando en una cafetería con papa TEA y nuestra pieza TEA, después de merendar, para que continuara un ratito más sentado en la silla sin necesidad de atarlo al cochecito le dejé mi libreta de bolsillo y un bolígrafo negro. Y ahí, en ese momento, lo descubrió. Vio por primera vez que su movimiento tenía una consecuencia. Que después de la causa viene el efecto... "Que si aprieto ese palo contra el papel y lo muevo de un lado para otro aparece una línea, y otra y otra más. Y es bonito. Y lo miro, y vuelvo a probar y sí, he creado algo, lo he hecho yo. Y ni papá ni mamá me han ayudado... y me gusta y disfruto y me sorprendo". Desde aquel día Arnau garabatea con ilusión, con fuerza, con ganas, de un lado a otro, dando vueltas. Desde aquel día Arnau se ha iniciado en el dibujo consiguiendo así subir un peldaño más en su tranquilo desarrollo.





martes, 9 de junio de 2015

CANCIONES DE MI PIEZA TEA: IS THIS LOVE?

No es un secreto que a mi pieza TEA le gusta mucho la música. Desde bien pequeñito yo, mi madre, sus educadoras o su tía le hemos cantado canciones infantiles. Muchas de estas canciones sé que se las sabe de PE A PA, aunque él, hoy por hoy, sólo consiga pronunciar la sílaba final de algunas palabras. Sé que le gusta la música porque cuando oye cantar hace algo que muchas veces parece no hacer: escuchar. Escucha atentamente, abre sus pequeños ojos y te mira, con alegría, con placer, con un brillo de felicidad que es difícil de definir si no los ves con tus propios ojos.
Mi repertorio de canciones para niños crece día a día, ya que gracias a YouTube descubro nuevas preferencias de mi pieza TEA... así que me toca aprender estas nuevas canciones que jamás antes había escuchado pero que dejan embobado a este pequeño loco de la música.
Sin embargo, hace un tiempo tenía una seria duda de si mi pieza TEA también conocía otro tipo de canciones. ¿escuchaba las canciones que ponía en el coche? ¿las reconocería? era un duda existencial. No sabía si era capaz de apreciar otra música que no fueran las habituales canciones infantiles que le solemos cantar. 

La primera prueba que realicé para comprobar si canciones famosas podían ser o no de su agrado vino después de ver que mi pieza TEA se tronchaba escuchando repetidamente el siguiente audio:


THE FLEES




Las risas que mi pieza TEA descargaba cada vez que finalizaba el audio eran de esas que provocan dolor de barriga, de las que no te permiten parar de reir, de las que te hacen saltar las lágrimas.
Decidí incluir en mi lista de reproducción la canción de Bob Marley "Is this love". Y la primera vez que la escuchó en el coche los pataleos de este pequeño diablillo eran de puro entusiasmo. Me giré y descubrí en su rostro una gran sonrisa. Una sonrisa que delataba que estaba encantado de reconocer una melodía que le gustaba, que estaba encantado de escuchar por primera vez toda la canción entera. 


Para mí es la canción que define a mi pieza TEA, la primera de una larga lista que poco a poco iré completando. Descubriréis conmigo los gustos tan variados de mi pieza TEA, quizás os dé que pensar que las canciones que deleitan a mi pieza TEA tienen títulos que me sugieren que mi hijo me está mandando un mensaje... Líos mentales propios pero que le dan romanticismo y misterio a la maravillosa relación de mi pieza TEA y yo. 

Os la dejo por si la queréis escuchar y leer su letra.