MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR NUESTRO BLOG

jueves, 27 de septiembre de 2018

DESDE PEQUEÑA

En este pequeño muro tienen cabida las aventuras de mi pieza TEA, las anécdotas buenas y malas que nos van ocurriendo con el paso del tiempo. Caben pequeñas historias y cuentos que se escriben al dar rienda suelta a mis dedos. Pero también hay un pequeño espacio para aquellas personas que por un motivo u otro merecen pequeños homenajes.... Por aquí han pasado, maestras de mi pieza TEA, superpapáTEA, superabuelosTEA o nuestra querida Martina. Todos ellos tienen su espacio aquí por ser importantes para mi pieza TEA y para mí. Pero aun quedan muchos homenajes que hacer. Llegarán, porque se lo merecen y porque yo quiero. 

Esta vez, toca hablar de otra niña. Toca explicarle mis sentimientos hacia ella. Porque hoy cumple 18 años y porque al fin y al cabo forma parte de mis 18 indispensables. Hoy te toca a tí, Maria. Hoy esta entrada es solo para tí. 

Ho recordo perfectament. Potser era dijous o potser divendres. Recordo les ànsies per veure la teva carona i poder agafar-te en braços. Però tenia una cita amb el nen que cuidava. Vaig tenir sort aquell dia perquè em van deixar marxar corrents a veure't. Eres molt bonica, blanqueta i rodoneta. 

Vas néixer per prendre el relleu de la petita de la família. Feia 23 anys que jo era la petita i l'única nena. Vas ser la millor notícia d'una família unida per llaços que els teus avis i els meus pares van anar teixint amb amor i bon humor. 

Recordo aquells dimarts i dijous que passaves el matí a la botiga. I ho recordo perquè per a mi eren dies importants. Sortia de la facultat només amb ganes de poder arribar a la botiga i jugar una estona amb tu. Com una germana petita, perquè com a filla encara no tocava. I tu sempre em somreies al veure'm. I ens miràvem al mirall i jugàvem... res, potser mitja hora, però per mi ja era molt. A vegades no arribava a temps i et venia a veure a casa la iaia. Però jo no faltava mai a la cita amb la petita de la família.


Recordo els dies previs al meu casament. Volia que tu participessis d'alguna manera, però en els casaments anteriors et vas negar. Un dia que estaves a casa la iaia et vaig fer pujar i vam jugar a assajar l'entrada a l'església, tu davant meu tirant pètals de rosa i jo fent veure que portava vestit i ram de núvia. Ens veiem pel mirall i et vas emocionar tirant pètals. I d'alguna manera, aquell assaig/joc improvitzat et va convèncer i el dia que em vaig casar tu vas tirar pètals per tot arreu. La meva Marieta, em va fer un dels regals més bonics aquell dia. Igual que la portada del CD que el teu pare va fer especialment per aquell dia. Vas dibuixar uns nuvis tan tan bonics... i encara no tenies quatre anys.

Podria explicar mil anècdotes i mil sentiments amb tu i cap a tu. No acabaria però avui no toca explicar batallitas a l'estil tieta Montse. No. 

No sé. Tu ho saps, perquè ho he dit molts cops, tinc debilitat cap a tu. Potser perquè vaig poder passar aquestes petites estones amb tu, potser perquè m'agraden tant els nens que tenir-ne un aprop em feia disfrutar com mai. Potser perquè tu mostraves amb les teves abraçades al veure'm un sentiment sincer cap a mi. Aquell MOOON que encara ara dius quan em veus... em xifla!

T'he d'agrair cada abraçada, cada somriure, que m'has dedicat. I els balls, els famosos balls que tu i la Martina em feu fer. Però és que els faig amb tant de gust. Perquè per una estona oblido moltes de les coses que em preocupen. Tu no ho saps, però notar aquella vermellor a la cara quan ballo amb vosaltres, o quan cantem junts em fa sentir viva. No canviaria per a res del món cap dels balls, cap de les tonteries que hem arribat a fer juntes perquè són les petites coses que valen la pena. 

I ara aquella nena petita que li agradava tant que li pintés llunes i sols, que me la vaig fer meva amb cançons i històries inventades que vas ser capaç d'explicar-li a la mestra, aquella nena ja no ho és. Fas 18, comences una aventura que es diu vida. Disfruta-la, viu-la amb tot l'optimisme del món, sent com ets, no canviant perquè els altres ho volen. No. I viu la vida sense por. 

Sense adonar-nos t'has fet gran. Però segueixes fidel a la teva essència. Sent bondadosa, sensible i alegre. No esborris mai el somriure de la teva cara, no enfosqueixis la mirada neta i sincera dels teus ulls. Perquè així tal com ets és com m'agrades a mi i crec que a tota la famíla. 

Avui en la distància, però sempre tenint-te present als meus pensaments, et desitjo el millor del món. Moltes felicitats Marieta. 

Ah! i encara que siguis major d'edat, adulta i aquestes mandangues, no deixis de demanar un desig quan bufis les espelmes. 

T'estimo.

Mon






Como siempre, os pongo la traducción al castellano



Lo recuerdo perfectamente. Quizás era jueves o quizás viernes. Recuerdo las ansias por ver tu carita y poder cogerte en brazos. Pero tenía una cita con el niño que cuidaba. Tuve suerte ese día porque me dejaron marchar corriendo a verte. Eres muy bonita, blanquita y redondita.

Naciste para tomar el relevo de la pequeña de la familia. Hacía 23 años que yo era la pequeña y la única niña. Fuiste la mejor noticia de una familia unida por lazos que tus abuelos y mis padres fueron tejiendo con amor y buen humor.

Recuerdo aquellos martes y jueves que pasabas la mañana en la tienda. Y lo recuerdo porque para mí eran días importantes. Salía de la facultad sólo con ganas de poder llegar a la tienda y jugar un rato contigo. Como una hermana pequeña, porque como hija aún no tocaba. Y tú siempre me sonreías al verme. Y nos mirábamos al espejo y jugábamos ... nada, tal vez media hora, pero para mí ya era mucho. A veces no llegaba a tiempo y te venía a ver a casa de la abuela. Pero yo no faltaba nunca a la cita con la pequeña de la familia.

Recuerdo los días previos a mi boda. Quería que tú participaras de alguna manera, pero en las bodas anteriores te negaste. Un día que estabas en casa la abuela te hice subir y jugamos a ensayar la entrada a la iglesia, tú ante mí tirando pétalos de rosa y yo haciendo ver que llevaba vestido y ramo de novia. Nos vemos por el espejo y te emocionaste tirando pétalos. Y de alguna manera, aquel ensayo / juego improvisado te convenció y el día que me casé contigo tiraste pétalos por todas partes. Mi Marieta, me hizo uno de los regalos más bonitos ese día. Al igual que la portada del CD que tu padre hizo especialmente para ese día. Dibujaste unos novios tan tan bonitos ... y todavía no tenías cuatro años.

Podría explicar mil anécdotas y mil sentimientos contigo y hacia ti. No acabaría pero hoy no toca explicar batallitas al estilo tía Montse. No.

No sé. Tú lo sabes, porque lo he dicho muchas veces, tengo debilidad hacia ti. Quizás porque pude pasar estas pequeñas ratos contigo, quizá porque me gustan tanto los niños que tener uno cerca me hacía disfrutar como nunca. Quizá porque tú mostrabas con tus abrazos al verme un sentimiento sincero hacia mí. Aquel MOOON que aún ahora dices cuando me ves ... me encanta!

Te he de agradecer cada abrazo, cada sonrisa, que me has dedicado. Y los bailes, los famosos bailes que tú y Martina me haga hacer. Pero es que los hago con tanto gusto. Porque por un rato olvido muchas de las cosas que me preocupan. Tú no lo sabes, pero notar aquella enrojecimiento en la cara cuando bailo con vosotros, o cuando cantamos juntos me hace sentir viva. No cambiaría para nada del mundo hacia los bailes, ninguna de las tonterías que hemos llegado a hacer juntas porque son las pequeñas cosas que valen la pena.

Y ahora esa niña pequeña que le gustaba tanto que le pintara lunas y soles, que me la hice mía con canciones e historias inventadas que fuiste capaz de explicarle a la maestra, aquella niña ya no lo es. Haces 18, empiezas una aventura que se llama vida. Disfrútala, vive con todo el optimismo del mundo, siendo como eres, no cambiando para que los demás lo quieren. No. Y vive la vida sin miedo.

Sin darnos cuenta te has hecho mayor. Pero sigues fiel a tu esencia. Siendo bondadosa, sensible y alegre. No borres nunca la sonrisa de tu cara, no oscurece la mirada limpia y sincera de tus ojos. Porque así como eres es como me gustas a mí y creo que a toda la famila.

Hoy en la distancia, pero siempre teniendo hacerte presente a mis pensamientos, te deseo lo mejor del mundo. Muchas felicidades Marieta.

Ah! y aunque seas mayor de edad, adulta y estas mandangas, no dejes de pedir un deseo cuando sople las velas.

Te quiero.

Mon

miércoles, 26 de septiembre de 2018

OPEL MERIVA

Vuelvo al pasado. No suelo hacerlo, no suelo pensar en aquellos momentos, en aquel lugar. Prefiero no recordar aquella habitación minúscula en la que una extraña observaba a mi pieza TEA. Y no me gusta recordar a esos padres asustados que no querían ver y se empeñaban en soñar bonito. No me gusta recordar esas palabras tan feas... "tu hijo deambula, está perdido, no sabe lo que quiere"... no me gusta recordar aquellos cuatro juguetes que le mostró aquella extraña señora a mi pieza TEA y como le arrebató el juguete musical cuando por fin mi pieza TEA decidió ir a investigar. Diez minutos de observación, un diagnóstico.

Hoy vuelvo al pasado, a ese pasado que nos trajo una tormenta interminable, que a veces parece que quiere parar pero otras muchas se deja caer como si no hubiera mañana. Hoy vuelvo a esos días en que mi mundo se vino abajo, cuando poco a poco  aparecían grietas en mis castillos soñados. Esas sesiones donde sin miramientos aquella extraña demolía nuestras vidas.

Hoy la casualidad ha querido que volviese a revivirlo todo. Un coche. Ese ha sido el punto de partida. Un Opel Meriva. Delante mío, lento muy lento, por eso he podidno ver el modelo. Ese Opel Meriva, protagonista de una historia que nos contó esa extraña como más de cinco veces. Una historia que quizás pretendía dar luz al abismo en el que nos estábamos adentrando, pero que a mi sólo me dejaba más triste. La historia no la recuerdo. La anécdota para que viéramos que un autista (como la extraña lo llamaba) puede llegar a razonar, a tener sus propias maneras de categorizar todo lo que conforma el mundo... anécdota inútil que encima se repetía a cada reunión con esa extraña.

Hoy he visto un Opel Meriva y he llorado al recordar esos malditos días. Hoy he llorado por la poca sensibilidad hacia unos padres primerizos que veían como su rechoncho bebé de 23 meses dejaba de ser un bebé para ser un bebé con etiqueta. 

La realidad es la que es. Nos dolió, nos pataleó en las costillas, nos hizo añicos el corazón y encogió y escondió nuestras almas lejos de ojos ajenos. La realidad es la que es y no la escondemos. Llevamos muchos años ya conviviendo con el autismo y todo lo vivido no tiene mayor semejanza a la anécdota del Meriva. Mi pieza TEa ha ido dando pasitos de hormiguita y pasitos de gigante. A veces se ha estancado y hemos sufrido en silencio por si ahí terminaba todo lo que podía alcanzar mi pieza TEA. 

Hoy, que he vuelto al pasado, si pudiera le diría a aquella extraña que se deje de anécdotas, de casos tratados. Que a unos papás asustados no nos ayudan estas historias porque no queremos un hijo que cante y sólo deambule o un hijo que reconozca a las personas por su coche y no por su nombre. No extraña, no. Cada vez que suelte un posible diagnóstico hágalo como si usted fuera la madre, pensando que el dolor es más fuerte que el llanto, que es un momento de duelo profundo y hable de ese pequeñín que ha acudido a su consulta. Hábleles a los padres del camino que van a empezar, que habrá que superar montañas, pero que habrá laderas en las que descansar y disfrutar del momento. Explíqueles que esa etiqueta no quita que tienen un niño hermoso y feliz. Olvídese de otros casos porque autismos hay tantos como niños con autismo. Empiece por centrarse en esos padres muertos en vida, deles el aliento necesario para que puedan tirar pa'lante sin ese miedo atroz de no saber qué pasará. Hábleles de seguir enseñando a su hijo esos hábitos del comer, descanso e higiene y que sean perseverantes y pacientes. Dígales que no se escondan, que no hay red más maravillosa que la que se va tejiendo con todas las personas que les van a apoyar si son sinceros y explican ese giro en sus vidas. Sin miedo, con confianza. Explíqueles que deben ir a una, que se apoyen entre ellos porque no va a ser fácil... Que sigan besando y abrazando a ese pequeño ser que les dio alas al nacer, que jueguen con él pero a los juegos que a él le gustan, por ridículos y tontos que parezcan. Que lo disfruten, que lo vivan. En definitiva que sigan viéndolo como lo que es, un niño con ganas de crecer. 

Extraña, cierre con llave la historia del Meriva. Nunca más. 


Así de pequeño eras.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

PINTAR LLUVIA

Pintamos lluvia donde en realidad hay sol. Nos empeñamos en que nuestros días parezcan tristes aun cuando hay motivos para que no sea así. Y hay veces, muchas otras, en las que dejamos todos nuestros esfuerzos para que el día brille, sea bonito, lleno de luz, vida y ansias de optimismo, y sin embargo alguien decide coger su paleta de azules oscuros, sus sucios grises e invade con pinceladas raudas todo aquel día. Pequeñas gotitas primero, algún triste relámpago por aquí y por allá. Pero se anima y las minigotas se convierten en gotarrones, y los gotarrones en granizo, que cae con fuerza sobre nosotros para dejarnos ko, para impedir que ese sol siga con nosotros. Y ese día se convierte en oscuridad. Da igual que nos hayan pintado la lluvia a primera hora o al mediodía o a la noche. Ese día deja de ser  inmediatamente un día bonito y luminoso para convertirse en eso, oscuridad.

El verano se ha ido, superabuelos TEA vuelven a estar lejos. Las incertidumbres de apoyos sí o no durante una media hora crucial en mi vida. El  empezar primaria, el ser consciente que las diferencias van creciendo, el pensar que me equivoqué apostando por seguir en la ordinaria. El no poder acallar ese sentimiento que me sobrepasa de no será capaz. Estos son días que me pintan lluvia y encima yo ayudo a que quede mucho más tormentoso. Me alío con las adversidades, me dejo llevar por ellas. Que se apoderen de mi de una vez porque por mucho que busco, no sé de donde sacar el optimismo.

Son muchas cosas, son muchos pequeños detalles, que pueden parecer insignificantes para quien lo ve desde fuera, pero cada diminuta piedra que nos cae encima, cada granito de arena, mina lentamente nuestros ánimos, nuestro bienestar emocional. Preocupados por aspectos que se pueden solucionar con facilidad se alargan, pelotas de un lado a otro, mientras que el perjudicado, nuestra familia, va yendo poco a poco hacia un pozo en el que da miedo caer por la imposibilidad de salir airoso.

Empieza el curso. Muchos cabos sueltos, pocas ganas de atarlos. Nosotros buscando maneras de atarlos por las buenas, porque por las malas aun no toca. 

Hoy primer día de cole. Interrogantes del verano algunos han desaparecido, borrando las feas gotas de lluvia que nos han pintado. Pero en el fondo amenazan nuevos pinceles. 

Hoy mis miedos con mi pieza TEA han desaparecido. Sé que está en buenas manos, sé que hay ganas de seguir pa'lante, de conseguir que mi pieza TEA siga creciendo en un entorno poco hostil, conocido y que dé confianza. Sé que hay grandes almas que ven más allá del puro trabajo. Sé que buscan conseguir grandes cosas, sentirse satisfechos del trabajo bien hecho que empezaron el curso pasado. 

El día a día me irá contando. El día a día será el máximo autor de esas gotas pintadas. El día a día seguirá siendo el lema de mi vida.

Bienvenidos al nuevo curso, a las nuevas aventuras que todavía están por escribir.