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sábado, 30 de marzo de 2024

NUEVE... SEGUIMOS?

Ya son nueve. Nueve años escribiendo desde el corazón, reflexionando sobre lo que vivo con mi pieza TEA, destripando mis emociones ante cada suceso del camino. Hay veces que cuesta poner palabras a sentimientos encontrados. Pero al final de un modo u otro las encuentro y empiezan a salir a borbotones. Y así, pongo orden a mi cabeza, a mis pensamientos, a mis decisiones.

Sé que lo digo cada año. Que de una idea tonta nació "mi pieza TEA". Que gracias a este espacio tan íntimo y a la vez tan público, he conocido a mi hijo, he aprendido que a pesar del odio que le tengo al autismo, adoro muchas de las cosas que conlleva. He crecido como persona, he hecho introspección y también he dado que pensar a quien se anima a leerme. 

Mi mirada amable del autismo quizás no guste, por edulcorado a veces, por simple otras. Por esconder realidades duras que guarda el autismo. Pero me da igual. Y me da igual porque ha sido, es y será la mejor manera que he encontrado para convivir con ello. Disfrutando y valorando esas pequeñas cosas. Admirando las ocurrencias que mi pieza TEA tiene e intentando comprender su manera de ser y hacer.

Y me gusta tener siempre un guiño hacia todas las personas que me acompañan en este camino. Porque sin ellos el camino no sería tan llano. Se merecen pequeños homenajes, por querer a mi pieza TEA tal cual es, por apoyarme y tener siempre palabras de aliento, por ayudarme en mis bajadas a los infiernos.

Hoy, después de nueve años, sigo pensando que este espacio es lo más bonito que he creado. Soy yo. Es mi esencia. 

Y aunque mis palabras sean leídas por pocos, al menos, sé seguro que a estos pocos les importa mi pieza TEA y desean lo mejor para ella.

Así que seguiré siendo pesada. Seguiré contando aventuras y desventuras, seguiré llorando a través de las palabras y seguiré andando intentado disfrutar de este camino que me tocó. 







miércoles, 27 de marzo de 2024

DÍ END

Viajar al pasado. Un pasado ya muy lejano, de color sepia, donde las arrugas no existían, los sueños eran grandes y las fantasías se esfumaban de un plumazo. Un futuro por delante, proyectos utópicos, metas quizás alcanzables. Ese momento de descubrir emociones... Las que te elevan inevitablemente al cielo, pero también las que te invitan con sonrisa sarcástica a degustar el infierno. Y me viene a buscar esa mano escribiendo en la última página de mi dossier de apuntes. Y lo revivo porque esa mano que escribía era la mano de mi fantasía. Y vuelve a mi boca el sabor amargo del sentido de esas palabras. DI END. 

Estoy en mi presente. Y de nuevo esas palabras aparecen. En mi mente. Me lo digo a mi misma. Me lo repito una y otra vez. DI END. Punto y aparte. O mejor, punto y final. Fin del capítulo. Fin del libro.

Ante mi una nueva hoja en blanco. Un nuevo inicio, una nueva etapa. Con sus cambios. Con sus cosas que tal vez sean buenas, por esas cosas malas del haber perdido.

De golpe, ya no solo mi pieza TEA en breve cerrará capítulo e iniciará un nuevo rumbo. Yo también. Y las dos vamos a empezar a andar con la incertidumbre de no saber hacia dónde, con quién, ni qué sentiremos, ni si lo que vamos a vivir será lo mejor que nos puede pasar.

Fin de ciclo. Fin de historias. Fin de vivencias. Pasado feliz que se convierte en cenizas. Lejano y quizás olvidadizo. Mi pieza TEA pondrá fin en unos meses a su querido cole, a sus queridos compañeros, a su rutina, a su vida conocida. Yo, pongo fin a mi rutina, a mi día a día, a lo que hasta ahora era mi zona de confort. 
Toca pasar página, vencer el miedo a seguir sin saber. Toca ser valiente y echar a andar. Sin mirar atrás, sin echar de menos ese pasado ya deshecho. 

Y ahora, no soy yo quien coge la mano de mi pieza TEA. No soy yo quien la guío, quien con mano firme le susurro que estoy ahí y podremos. No. Ahora es ella la que, con gesto descuidado, me coge la mano y entrelaza fuerte nuestros dedos. Me cuenta a su manera, con esa mano apretando la mía: "mamá, estoy aquí, contigo, para siempre"... Mientras, las lágrimas, lentas, abrasan mis mejillas... Mi mente me recuerda que diga: "DI END".


miércoles, 28 de febrero de 2024

LLÉVATELO YA, VIENTO

El viento resuena como un loco. A través de la chimenea, a través de las rendijas de las ventanas. Me agobia. La ansiedad va subiendo poco a poco por mi pecho y desearía que el viento sirviese para algo más que para destrozar lo que se pone en su camino. Sillas que se ven empujadas por la terraza, toldos que se deshilachan a marchas forzadas, ropa que vuela lejos, muy lejos.

Podría llevarse de paso, todo lo malo, todo ese malestar que día tras día intento mantener lejos de mis pensamientos y que al final de la noche vuelven para compartir una fiesta inútil conmigo.

Es complicado. La vida es complicada, los acontecimientos que no esperas la complican. Y entonces me siento como si estuviera rodando inherte en medio de un tornado. A merced de los giros, sin apoyo, sin nada donde sujetarme.
 
Me da miedo no poder salir. Me da miedo seguir pensando en un futuro incierto y en un futuro totalmente certero. 

Hoy me cuesta vivir el presente, hoy me cuesta disfrutar de mi pieza TEA  como ella se merece. Hoy me cuesta pensar en un mundo de mil colores. No veo la luz. Se amontonan las dudas. De todo. De mi vida, de mi futuro, de la decisión tomada en el futuro escolar de mi pieza TEA. 

Y me digo a mi misma: "el futuro no existe". Sin embargo daría lo que fuera para que la bola de cristal me dijera la verdad de lo que queda por venir. Porque ahora quiero que el tiempo corra. Que vaya como un caballo desbocado para poder saber a qué atenerme, para saber qué merece mis lágrimas y qué no vale la pena ni tener un pensamiento.

Quiero dejarme llevar, pero no puedo. La incertidumbre hoy me mata, me asfixia como nunca nada me ha asfixiado.

Quiero refugiarme en las pequeñas cosas bonitas de mi pieza TEA, pero ahora parezco ciega, no las sé ver y me jode, me jode mucho porque una de dos o ya no las hay o yo ya no sé valorarlas.

No es justo para ella. Porque seguro que sigue caminando, sigue avanzando, sigue haciendo... Pero yo... Yo, sinceramente, ya no sé verlas.

Hace años creía firmemente en que no había techo, que no llegaría el día en que mi pieza TEA no diera para más. El optimismo imperaba en la vivencia con mi pieza TEA, pero ahora me cuesta confiar en el no techo. 

Quizás es tiempo de impás. Un tiempo de parar para coger un nuevo impulso. Momentos de suspense que hay que pasar. Que debo resistir y seguir confiando. Por ella, solo por mi pieza TEA. El amor de mi vida, el motor que  hace levantarme cada mañana. La que me saca una sonrisa boba si veo su sonrisa eterna. La que ahora parece estar también en su propio tornado vital.

Hoy quiero que ese ruido infame del viento cese y si no cesa que sea el viento que se lleve todos los fantasmas que me acompañan estos días, tan grises, tan tristones, que solo dirigen la mirada al pasado, a los recuerdos bonitos que parece que no quieran volver a hacerse realidad.

Hoy quiero que vuele lejos de mi todo este mal pensar y este agobiante vivir. 


jueves, 15 de febrero de 2024

PUNTO DE INFLEXIÓN

Y llega el día en que la evidencia es tan evidente que no puedes decir que no. Lo has aplazado, lo has negado, incluso con voz contundente sentencias que a nosotros no nos va a pasar. Capeando temporales, uno tras otro, saliendo victoriosos pero quizás algo mermadas las fuerzas. Pero adelante, siempre. No, esto que dicen no nos pasa, no, esto que hacen no lo hace... Y siempre hay un resquicio de luz que nos alumbra el camino y podemos esquivar ese destino que inexorablemente caerá sobre nuestros hombros, como una losa, hundiéndonos un poquito más en el lodo.

Y llega ese día. Y llega esa decisión de la que tantas familias hablan y de la que nunca nunca quisieras pronunciar tú. Y te duele. Tu alma grita por dentro y llora por fuera. Porque una vez empieza el camino, no hay sendero de vuelta. Ya has elegido. Por su bien, por su felicidad, para que no sufra más, para que vuelva a ser quien era.

Y sigue doliendo porque es una certeza que se convierte en realidad. Buscas amparo en quienes ya lo viven, buscando palabras de esperanza, de que todo irá bien y es por su bien.

Y llega ese día. Y no sabes ya si el haber tomado esa decisión será un alivio o, como siempre pensaste, una condena. Pero ya está. Hay que probarlo. Hay que hacerlo, por su salud, por recuperar algo de armonía en casa. Porque necesitas recuperar sus sonrisa, esa que te da alas y te impulsa a seguir pa'lante, siempre pa'lante. Así que, sin titubeos, lo haces. Repitiendo como un mantra... "Es por su bien, es por él... Irá bien"...

Ya está. Hemos iniciado un nuevo camino con mi pieza TEA. El camino al que siempre me había negado a dirigirme: medicarla.

Pero demasiados meses obsesionada con todo, demasiados meses pasando noches casi sin dormir, demasiadas rabietas por nada y ninguna risa por todo.

Mi pieza TEA ya no era ella. No era mi risueña felicidad con patas, por no disfrutar no disfrutaba ni del cole. Ya no tenía ideas para volverla al redil. Ya no tenía fuerzas en realidad, agotada de todo, de intentar e intentar y no conseguir nada. La cosa mejoró por las noches gracias a la melatonina, pero su carácter agriado y sus rigideces en aumento ahí campaban a sus anchas... 

Y rondaba por mi cabeza el medicarla irremediablemente. Porque ella sufría porque lloraba y berreaba demasiado a menudo y yo ya no podía más. Perdía mi batalla particular. Mi bandera se hacía trizas. Tan alto que la había ondeado, tan alto y con tanto orgullo que la había llevado... Medicación último recurso... Y al primer huracán de la pubertad, digo basta. 

Han pasado unos días ya desde ese día en el que iniciamos este nuevo camino y sin ser la panacea, algo hemos conseguido. Ha vuelto la sonrisa de mi pieza TEA, aunque no perpetua, sólo a veces. Se han difuminado levemente las rigideces y ha mejorado bastante la aceptación de los "no", aunque todavía tiene que decir su última palabra con un atisbo de rabieta controlada. En el cole, los mensajes son en positivo... "Vuelve a ser él porque ya vuelve a bromear con las letras"... "Está más tranquilo y contento"... 

Y a estas pequeñas cosas me agarro para no flagelarme por haber tomado esta decisión. Y me cojo con fuerza a la idea de que queda mucho por mejorar, que hace muy poquito que hemos empezado y que seré testigo de grandes avances.
Sueño con salir airosa y triunfante, con cosas que aplaudir de mi pieza TEA. Lo que sea me vale, siempre que no sea la oscuridad en la que ha estado encadenada mi pieza TEA estos últimos meses. Que como dijo el doctor, abra los ojos a su alrededor y le de la importancia que se merece y le saque el jugo que pueda. Que haya ese giro que necesitamos para impulsar de nuevo nuestros ánimos moribundos.

Mientras no sucede, seguiré observando, seguiré deseando.


lunes, 8 de enero de 2024

VACACIONES DE NAVIDAD PARTE I

Durante todos estos días de Navidad he ido contando casi a diario cómo nos ha ido con mi pieza TEA. Es hora de ponerlo todo junto, leerlo sin pausa para finalmente valorar. Si me quejo por quejar o no.
Serán dos entradas y una tercera en la que valoraré sinceramente mi visión de estos 18 días. 

VACACIONES DE NAVIDAD DÍA 1
Suele pasarme. Cuando llega un periodo de no cole para mi pieza TEA, la ansiedad anticipatoria se apodera de mí. Así que voy a hacer un ejercicio de recopilar el día a día de estas vacaciones. Sin disfraces, con sinceridad absoluta. Para después, cuando todo vuelva a la cotidianeidad del día a día pueda valorar. Estos últimos meses han sido para olvidar. Me he escondido porque ha sido cansino, agobiante, desesperante a veces y me he olvidado de los momentos buenos, de las pequeñas alegrías que también crea mi pieza TEA.
Así que ahí va.
No hay cole, así que tampoco hay prisa. Despertarse, desayunar, un rato de tablet y a la calle un buen rato. He decidido concederle el deseo a mi pieza TEA de ir a un supermercado de una ciudad cercana. Bien. Llegamos a la ciudad en cuestión, que es la misma de los trenes y me pide parar en el parque que hay cerca para ver pasar trenes. Está contenta. Jugamos un rato y le pregunto si quiere ir a almorzar. Evidentemente, sí. Vamos a la cafetería de siempre y busco la complicidad de la camarera para que le sirva en dos tandas el pan tostado. No hay problema, entiende la situación. Mi pieza TEA espera paciente. Come su primera tanda y pide la segunda. Almorzamos tranquilos e incluso espera a que yo termine. Nos vamos y ahora ya sí, me pide ir al susodicho supermercado. Llegamos, se lo pasea y sin tregua me pide ir al coche. Una pena porque está en el centro comercial y podríamos haber subido y bajado mil escaleras mecánicas. Ya en casa, ha sido paciente mientras le preparaba la comida. No ha pedido picar, sino que ha esperado a que la comida estuviera hecha. Hemos comido y hemos estado un rato en el sofá jugando con las letras, con los meses. Sin chillidos, sin enfados. Hora de terapia. Ha costado y se negaba a guardar su tablet pero dos minutos más tarde, después de una amenaza piadosa, la ha guardado. En terapia se ha mostrado colaborador y ahora, ya en casa, sigue con esa tranquilidad que ha desaparecido esta última temporada. Queda un rato para la ducha, la cena e irse a dormir. Solo espero que la tónica de lo que queda de día sea la misma, no chillidos histéricos, no enfados y sí risas y palabras. Hasta mañana pues!
                     

VACACIONES DE NAVIDAD DÍA 2
El día de ayer acabó como deseaba, sin enfados, sin chillidos y con una paz de esas que tanto añoro.
El día de hoy ha empezado pronto, tan pronto como a las tres cuarenta y cinco de la madrugada. Mi pieza TEA apostillada en el sofá, tablet en mano. En cuanto la he descubierto ella misma me ha dado la tablet y desafiante me ha dicho: "al sofá". La he tapado con la mantita y allí quieta se ha dedicado a esperar a que llegara la hora en la que ya por fin cedo con la tablet. Tres largas horas. Tres horas esperando ver cerrar sus ojos soñolientos. Tres horas en las que me he tomado mi primer café con leche del día y he podido leer un libro en silencio.
Mi pieza TEA, cada vez que notaba que se iba a dormir se levantaba y daba una vuelta por el comedor. Acto seguido le recordaba que debía estar descansando en el sofá y, obediente, se estiraba y se volvía a tapar.
Durante las primeras horas de la mañana he podido hacer mis cosas con el portátil. Más tarde, toda feliz ha ido un rato a casa de su otra abuela mientras yo me he dedicado a ir a comprar para la comida de Navidad. 
De vuelta en casa, un pequeño contratiempo con unos pictogramas que no sé de dónde son, pero ella los quería nuevos y los viejos los quería a la basura. No nos hemos entendido, porque quería algo distinto, pero no he podido comprender qué quería, con sus incipientes chillidos y algún pellizquito en mis brazos. El mal momento ha terminado cuando he decidido que era hora de comer. 
El resto de la tarde ha sido plácida. Mi pieza TEA alegre, sonriente y saltarina. Solo ha pedido ir a dar una vuelta en coche, de la que hemos vuelto hace un rato. Ducha hecha, esperando cena y deseando que caiga en brazos de Morfeo.
Segundo día, superado con nota. 
Mañana más y mejor!
                       

VACACIONES DE NAVIDAD DÍA 3
Hoy hemos dormido un poco más. El día se presentaba largo porque teníamos dos citas. 

La primera era una hora tranquila en el carrusel que hay para navidad en una ciudad cercana. No tenía grandes expectativas, pero vista la decisión con la que andaba mi pieza TEA hacia el carrusel, mis esperanzas aumentaban. Y la realidad ha sido que lo ha disfrutado. Que se ha subido a los caballitos, ha probado los columpios, se ha sentado en la carroza y hemos rodado en la olla. Casi una hora donde la carita redonda de mi pieza TEA rondaba la curiosidad, la sonrisa y la alegría. Cuando ella ha decidido, hemos dado por terminada esta pequeña aventura, para iniciar la cabalgata hacia la casa de superabuelaTEA, donde nos esperaba una comida familiar con 18 personas. Ha ido bien. Mi pieza TEA ha dado la talla, sin muchas risas y sin ningún berrinche. Yo, sin embargo, he permitido que apareciera la parte algo oscura que suelo mantener a raya. Pero lo importante es el aguante de mi pieza TEA, comiendo con todos y evadiéndose del ruido en la habitación del ordenador. 
Al llegar hace un ratito a casa, ha aparecido la saturación del día, con algun que otro lloriqueo, pero sin ir a más.
Me quedo con la disposición de mi pieza TEA ante todo lo que pedimos. Aceptando sin rechistar todo lo que ha acontecido hoy. 
Bravo por mi pieza TEA!

VACACIONES DE NAVIDAD DIA 4
Hoy también hemos dormido... Hasta casi las siete.. no está mal. Para entretener a mi pieza TEA he decidido coger el tren. Siguiendo la tónica de estos días, se ha mostrado predispuesta y con una gran alegría hemos ido hacia la estación. Sabe perfectamente a qué hora llega el tren... Pero ya se sabe, los retrasos existen. Y hoy ha tocado. Un retraso de un largo cuarto de hora. Sentados en el banco del andén. Yo ya nerviosa por si mi pieza TEA no soportaba tanta espera, pero estoicamente ha aguantado, jugando conmigo al juego de las letras, riendo los dos. Por fin ha aparecido el tren. Un viaje corto pero con el que mi pieza TEA disfruta mirando carreteras, cables eléctricos y puentes varios. Llegamos a destino y hemos ido a desayunar. A partir de ahí todo ha empezado a torcerse. Mi pieza TEA no quería ir al parque. Mi pieza TEA quería volver ya en tren y quedaba casi una hora. La he convencido para andar un rato pero nada, diez minutos si llega. Hemos vuelto a la estación y nos hemos sentado a esperar. Ha empezado a estornudar... Resfriado que llega. Subimos al tren y no encontrábamos el asiento que ella quería. Se ha enfadado, chillando y pidiendo a su manera que ese señor u otro se levantaran. He intentado hacerle entender que no podía ser. Finalmente una alma caritativa nos ha cedido su asiento. Pero entonces no quería mirar por la ventana, quería tablet. No se la he dejado y se ha vuelto a enfadar. Fin de trayecto.
Ya en casa ni fú ni fa pero sí costipado.
Queda la cena de nochebuena. Esperemos que aguante bien.

Feliz Navidad 


VACACIONES DE NAVIDAD DÍA 5.
Papá Noel llegó ayer por la noche, cuando mi pieza TEA ya dormía. La idea era que, como cada año, los tres fuéramos juntos al comedor a descubrir todo lo que nos había dejado. A las seis menos diez, mi pieza TEA ya rondaba, pero sin rechistar, ha vuelto a la cama. Al cabo de una hora se ha repetido la historia y una vez más, se ha vuelto a la cama. A la tercera, me lo he encontrado disfrutando de los regalos. Había abierto dos de sus cuatro regalos y se la veía superfeliz. Lejos de regañarla, me he reído al ver lo pilla que puede llegar a ser. Hemos acabado de abrir los regalos. Y toda contenta ha estrenado su nueva silla para el ordenador. Sin embargo, estaba nerviosa, algo llorona y correteaba algo histérica por casa. Han llegado superabuelosTEA y he aprovechado para ir a dar una vuelta en coche para que se aireara un poco.
A partir de ahí, mi pieza TEA nos ha dado una lección se saber estar, de portarse bien
 Comer con nosotros, ir y venir para atender a los requerimientos de los cuatro abuelos. Ahora sigue con sus cosas, con alegría, sin enfados. ¿Se puede pedir más?

VACACIONES DE NAVIDAD DÍA 6
Con retraso explico un poco el día de ayer. Es el día más esperado de estas fechas, porque es la fiesta grande de mi familia. El día empezó a las cinco de la mañana, con mi pieza TEA y yo tapaditas en el sofá, sin televisiones, sin tablets ni teléfonos. La mañana transcurrió con algún que otro gruñido, algunas lágrimas de algo que no le salía, creación de pictos raros que ella me pide y algún que otro robo de comida. Nada grave en realidad. Nos fuimos a casa de superabuelosTEA, donde nos esperaba toda la familia. Allí tiene un rocambolesco ritual con las luces de la escalera, pero con tanta familia llegando, se complica seguir el ritual. Pero bueno conseguimos que no se saliera de madre.Fue a buscar los regalos de papa noel a casa de mi tio. Se entretuvo con el puzzle que le trajo. Compartió el montaje con su prima y a la hora de comer se sentó con todos nosotros. A partir de ahí, de vez en cuando pedía irse a casa, pero aguantando sin enfadarse cuando le decíamos que todavía no.
Visto ahora, se portó de diez. Con nada que reprocharle a ella no... A mi, a quizás sí. Pero este diario vacacional es sobre mi pieza TEA, así que en otra ocasión, bajaré a los infiernos para explicar estos sentimientos encontrados el día más esperado del año.


VACACIONES DE NAVIDAD DÍA 7
Ayer el día empezó con dignidad. Todos pudimos dormir ocho horas del tirón y parecía que el día podía ser plácido... Hasta que le sugerí a mi pieza TEA que tocaba dar un paseo. Ahí, justo ahí, se desató la tormenta. Berrinche, idas y venidas locas por el pasillo de casa, gritos y enfado descomunal... Diez minutos en los que preferimos no hacerla parar, sino esperar a que se le parara. El caso es que sus planes eran otros: ir en tren. Sí, otra vez. Me siento algo egoísta cuando le digo que no, pero sé que no debo ceder. Después de esos diez minutos eternos, mi pieza TEA se dedicó casi una horaen armar un puzzle no sin antes enumerar cada una de las piezas, escribiendo el número pertinente en el dorso. Después, una vuelta en coche. Sin bajarse porque casi era la hora de comer. Tarde plácida. Sin nada que destacar. Entretenida con otro puzzle y con un juego de números regalo de estas Navidades. Ayer, día de impás. Un poco alterado porque mi pieza TEA ya empieza a estar saturada. Ella y yo. Hoy el día ha empezado a las seis. Sólo falta saber qué nos deparará el destino.
Buenos días!

VACACIONES NAVIDAD DÍA 8
Hoy ha sido uno de esos días en los que mi pieza TEA y yo disfrutamos el uno del otro. Vivimos el momento y se asienta una paz envidiable. Como lo prometido es deuda, de nuevo hemos hecho nuestra habitual excursión en tren. Ha habido un pequeño percance porque mi pieza TEA quería subir a un tren de largo recorrido y evidentemente no era opción viable. Se ha enfadado y ha emitido su horrible chillido gallina. Me la he mirado y toda seria le he dicho que volvíamos al coche. Con mirada desafiante me ha dicho:"rodalies", zanjando así el tema. Viaje corto en tren. Nuestro ya tradicional desayuno y ya le he propuesto andar un rato. Cómo no se ha cabreado de nuevo. Quería ir al andén y quedarse ahí sentada hasta coger el tren de vuelta. De nuevo una pequeña rabieta que he parado diciéndole que nunca más. No más trenes, no más desayunos. Y como si procesara todas mis palabras, me ha dicho: "pont". Y entonces sí, nos hemos puesto a caminar. Ha empezado a cantar. Ha querido seguir andando, supongo que porque las vías del tren estaban paralelas al camino. Hemos cantado los dos. Nos hemos sentado a mirar el mar y luego ya hemos cogido de nuevo el tren. Con su sonrisa eterna sin borrarse ni un momento.
En casa total tranquilidad, salvo cuando la he peinado más de la cuenta después de la ducha.
Y ya por la tarde, hemos dado un mini paseo y a casa. Sin enfados, sin movimientos alterados. Modo zen, total armonía. 
Ahora ya duerme y sigue la paz reinando nuestra casa.
Mañana seguimos y ojalá todo sea igual que hoy, un camino llano disfrutando el uno del otro, el uno con el otro.

VACACIONES DE NAVIDAD DÍA 9
De nuevo madrugón a las cinco de la mañana. De nuevo, un par de horas en silencio en el sofá, tapaditos los dos. Luego mi pieza TEA se ha dedicado a escuchar sus canciones en el ordenador y armar un puzzle y yo he podido hacer mis historias en el portátil. Mi pieza TEA estaba de buen humor. De vez en cuando se venía a mi mesa a jugar con sus bromas de los días de la semana. Risas que van y vienen y que auguraban un buen día. Y más sabiendo que íbamos a casa de superabuelosTEA, viaje de hora y media que le chifla. Ve mil y una torres eléctricas, ve pasar coches, alguna que otra vez un tren... Distracción asegurada durante todo el rato que dura el trayecto.Y todo iba bien. Incluso ha aceptado no llevarse uno de sus puzzles porque no quiere deshacerlos y guardarlos. En cambio se ha llevado cuatro puzzles armados de madera, regalo de papá noel. Todo iba bien durante la primera media hora en la carretera, hasta que un sollozo triste, un llanto casi desgarrador ha roto la paz del coche. Mi pieza TEA ha llorado una hora entera sin consuelo alguno. El motivo aún no lo sé. Algo le dolía en el alma. Lagrimones que mojaban sus mejillas y no podía evitar parar. 
Por suerte cuando hemos llegado a casa de superabuelosTEA, su carita se ha relajado y las lágrimas han cesado. Ha cogido los cuatro puzzles que se había traído pero se habían medio desarmado. Al querelos montar de nuevo, por alguna razón no ha podido y ha mezclado todas las piezas de los cuatro puzzles. Cuatrocientas piezas mezcladas en un hermoso caos. He decidido guardarlas todas en una bolsa por temor a que se perdiera alguna.
Hoy era un día para mí. Dejar a mi pieza TEA al cargo de superabuelosTEA unas horas para poder evadirme de todo comiendo con unas amigas.
De vez en cuando, preguntaba a superabuelaTEA por mi pieza TEA y recibía fotos de una criatura calmada, tranquila. 
Al volver. Me he encontrado una mesa llena de piezas de puzzle mezcladas y mi pieza TEA intentando hacer los cuatro puzzles. No nos iríamos hasta que los tuviera completos. He empezado a ayudarla y nos ha acompañado superabuelaTEA. Casi dos horas hemos tardado, pero lo hemos conseguido.
De vuelta, se ha repetido la historia de la ida. Sin saber porqué, el llanto y la pena ha vuelto. Casi todo el camino.
Al llegar a casa, ha desaparecido totalmente y la alegría y la sonrisa han vuelto a poblar su rostro.
Ya duerme. Yo me he distraído y he disfrutado de la compañía de estas amigas y mi pieza TEA, pues no ha sido de sus mejores días, pero cómo no, se ha portado de diez con sus superabuelosTEA.


VACACIONES DE NAVIDAD DÍA 10
Hoy por fin hemos hecho cura de sueño. Mi pieza TEA se ha levantado a las ocho. Ha sido una alegría para mi cuerpo y supongo que también le ha venido bien descansar algo más de lo que viene haciendo últimamente. Día de impás. Desayuno tranquilo en casa y después paseo en coche. Donde ella quería. A más de 50 km de casa. Por carreteras por las que yo nunca había conducido. Reía feliz porque por fin iba por donde ella deseaba. Después de dos horas de carretera a la izquierda, carretera a la derecha, hemos vuelto a casa. Y ha seguido la tranquilidad. Esta tarde a comprar al súper, como antes, llevando ella el carro, sin prisas. Cogiendo sus yogures, su pan y su agua y esperando paciente a que yo pagara. Corto paseo en coche otra vez y ya vuelta a casa. Supongo que siendo el día tan perruno, mi pieza TEA volverá a madrugar esta noche, pero al menos no ha habido enfados. Obediente como hace un tiempo ha aceptado todos mis planes.Esperando ya la noche de fin de año, que preveo será corta, muy corta. 
Feliz año nuevo a todos.

Y hasta aquí la primera parte de estas vacaciones. No han sido para enmarcar, pero sí que mucho mejor de lo que me contaban mis expectativas.
En el siguiente post, continuamos con la aventura navideña.