MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR NUESTRO BLOG

domingo, 5 de febrero de 2023

CÓMO SERÍA SI... NO LO SÉ

A menudo la imaginación nos lleva por paisajes maravillosos, ídilicos, de los que nunca quisiéramos salir. Muchas veces, imaginamos conversaciones dignas de un guión de película, a veces azucarado, otras valientes, muchas otras sinceras con uno mismo. Cuando pensamos esas conversaciones, curiosamente, somos capaces de decirnos a nosotros mismos lo que realmente pensamos, lo que muchas veces queremos decir, pero la realidad y el momento no nos dejan. Por miedo a las consecuencias, por no dañar al otro, por no querer encontrar lo que no queremos. Nuestra imaginación nos permite poner en boca de otros lo que desearíamos escuchar pero nunca llega... Un perdón, una muestra de cariño, una alabanza, una confesión que nos llena... La imaginación nos permite volar, evadirnos de nuestro monótono día a día. Inventar un encuentro por sorpresa, un príncipe de mil tonos azulados o la princesa de nuestros sueños... Un juego nuevo compartido que lleva a un avance, que nos salpica de dicha y de esperanza... Mil cosas que nos llevan a una utopía real en nuestra cabeza lejos de este mundo normalmente lleno de grises.

Sin embargo, cuando intento imaginar mi pieza TEA sin el mal bicho del autismo, me cuesta pensarlo. Me cuesta poner en su boca palabras, conversaciones, lecturas o juegos varios. No puedo imaginar esas tardes con deberes, no lo veo jugando a fútbol ni yendo cada fin de semana a animarla a ella y a su equipo. Sólo puedo imaginármelo parlanchín, una agotadora ristra de verborrea. Mil palabras que no cesan hasta que llega la hora de irse a la cama. Eso sí, me la imagino cerrando los ojos y dormirse en menos de lo que dura un suspiro. 

Pero no más allá. ¿Cómo sería en el cole? ¿Quiénes serían sus amigos? ¿ Sería querido igual que lo es ahora, o por el contrario, sería de los problemáticos y solitario?

No lo sé. A veces me da por pensar cómo hubiera sido sin su autismo. Y pienso hubiera sido muy pillo y parlanchín. Pero me lo miro y ciertamente es muy pillo y parlanchín... A su manera, pero lo es. Lo he disfrutado a su manera auténtica, lo disfruto con sus risas y lo seguiré disfrutando... Porque es mucho más sano así que seguir llorando por lo que pudo haber sido y no fue.

En este mundo imaginario, paralelo a la realidad, se vive de emociones buenas, sencillas... Alegría, orgullo, risas, felicidad. Se da esquinazo sin problema, a las penas, a las rabias, a las tristezas. Incluso a veces las llamamos para que el desenlace sea mucho más llamativo, más lleno de azúcar de lo normal. 

En este mundo tan rosa, tan dulce, cambiamos el pasado, lo hacemos a nuestra medida, como nos hubiera gustado que fuese. Como cuando intento imaginar si en nuestro pasado no se hubiera cruzado el autismo. Y es entonces cuando me doy cuenta que es un sinsentido. Que mi pieza TEA es como es por su autismo. Qué es gracioso como lo es por su autismo, que sus risas locas, son tan locas por su autismo, que es tan querido por todos por su manera autista de ser, que ese ser auténtica, es por su exclusivo autismo... Y que sin esta condición quizás no reiría tanto, quizás no tendría ocurrencias tan absurdas y divertidas como las que tiene ahora, quizás sus dibujos no tendrían tanto color porque no se empeñaría en utilizar todos los rotuladores, quizás no sería tan obediente como lo es cuando entiende que hay que hacer lo que se le pide. Incluso es más, quizás yo no hubiera conocido gente tan fantástica como la que he ido conociendo a lo largo de estos años... Quizás... Tal vez... Ojalá... A lo mejor... Nunca lo sabré.