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sábado, 27 de octubre de 2018

SITUACIÓN LÍMITE


Muchos años atrás, cuando en la adolescencia mi inseguridad sólo hacía que mi vida fuera un quebradero de cabeza, cuando por cualquier tontería las lágrimas se sucedían una tras otra, ETB me dijo dijo dos palabras que me han acompañado hasta el día de hoy: "SITUACIÓN LÍMITE". 

Recuerdo aquel día, recuerdo dónde estábamos y recuerdo mi malestar, mi tristeza ante una vida que se me antojaba insuperable a mis tristes 17 años. Incapaz de superar el más miserable de los retos que el día a día me planteaba, me sentía sola, empecinada en que nadie me prestaba atención ni se preocupaba por mí. Eran días de callar, de no pedir ayuda, de pasar los días como pudiera, con la sonrisa pintada en los labios escondiendo todo un dolor que ahora se me antoja absurdo e incluso tonto. Débil. Así me sentía yo, incapaz de seguir el ritmo "frenético" de los días. 

ETB me enseñó, que aunque cada día no se demostrara el cariño, aunque no cada día hubiera un ¿cómo estás?, no pasaba nada. Porque al fin y al cabo, no era en el día a día cuando se demuestra que están, sino en las situaciones límite, en las que por ti solo no llegas, donde quien te quiere, quien quiere tu bien estará ahí. Que no lo olvidara, porque era en las malas, en estas situaciones límites, donde sabría quien está conmigo y quien no merece la pena.

ETB, en la distancia, siempre ha estado ahí, quizás yo hubiera querido algo más, pero antes que yo hay muchas más personas que lo necesitan y por las que debe gastar toda su energía. Sin embargo, cuando mi verdadera situación límite en la vida llegó, cuando vino todo el aluvión de malas noticias en mi pacífica vida, él ahí estuvo. Él fue quien me llamó para calmar mi pena por el cáncer detectado a superabueloTEA. Él fue quien a través del teléfono me hizo ver, que a pesar de lo malo, era lo menos malo que mi padre podía tener. Escuchó mi voz quebrada por lágrimas escurridizas y me alentó a llamar al optimismo. Y una vez más tuvo razón.

Al cabo de dos meses vino la segunda parte de mi situación límite, el diagnóstico de mi pieza TEA. Y ahí, en ese momento, descubrí lo que es estar perdido de verdad, lo que es estar deambulando día tras día sin encontrarle el sentido a mi vida. Ahí las lágrimas ya no podían parar, nunca más. La tristeza, el desasosiego ante un futuro incierto, negro, sin perspectivas sin nada nos arrolló. Muerte en vida. Pero como ya conté una vez, ahí estaban mis 18, y entre ellos ETB. Con su entusiasmo ante los retos, con su manera genuina de ver y vivir la vida,contagiándonos a todos del todo va a ir bien. Convenciéndome que todos éramos unos y que mi pieza TEA era de todos. Y entonces, aquel 20 de diciembre, me sentí arropada y supe quien estaba conmigo en mi situación límite.

Sin embargo, ETB ya no es el mismo. Sus ojos azules me lo dicen. Me cuentan que no todo va como siempre ha ido. Que quizás está en una de sus situaciones límite. No lo sé, ni lo sabré, porque él, como yo, escondemos muy dentro las penas y sacamos las pocas fuerzas que tenemos para no preocupar a los que están siempre. 

Podré intuir, pero nunca saber qué hay detrás de esos ojos apagados. Pero recuerda ETB, tú me enseñaste a ir pa'lante, siempre pa'lante, y ahora soy yo quien te recuerda que sí o sí hay que seguir pa'lante. 



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