MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR NUESTRO BLOG

domingo, 3 de febrero de 2019

MI DUALIDAD

El viento... Sopla con fuerza. No da lugar a la paz de un día soleado. No invita a salir de casa. Da igual si el día es soleado, el viento sopla con fuerza y no nos permite ir más allá de un paseo en coche. 

Al menos se ha llevado todos los nubarrones que amenazaban tormenta y quizás también le dé por llevarse pensamientos innecesarios. Y es que estando el cumpleaños de mi pieza TEA a la vuelta de la esquina llaman a mi mente visiones de futuro. Es inevitable. Mi pieza TEA crece. Ya no es un bebé, ni tampoco un niño pequeño, quizás ya toca verlo como un niño a secas. Un niño a remolque de sus dificultades, las cuales estamos empeñados en superar y que algunas las superamos con creces. Los días previos a su cumple el camino se me antoja largo y pesado. Como siempre veo mucho trecho recorrido pero demasiadas cuestas que afrontar en el futuro. En realidad es incertidumbre. Es lo malo del autismo, que nunca sabes, siempre esperas y siempre desesperas esperando. No hay manual, no hay instrucciones, no hay un desarrollo a seguir, puede que pase, puede que no, puede que llegue o puede que se pare en el camino. El no saber, el querer correr para ver qué ocurre y a la vez querer parar porque estamos en un momento dulce lleno de avances con el lenguaje, con expresarse aunque sea a su manera. 

Es difícil comprender esta dualidad del querer y no querer. Me duele que se haga mayor porque supongo que a toda mamá le ocurre. Que es normal, que es ley de vida, la jodida ley de vida, que nos hace crecer y nos mata por crecer. 

Pensar en el futuro, en lo que vendrá.. no puedo imaginar nada porque no sé nada. Mi pieza TEA no es previsible como tampoco lo es su futuro. ¿Llegará lejos? ¿Se quedará solo cuando ya no estemos?... No lo sé y no quiero soñar nada, ni bonito ni terrorífico, porque ni tan siquiera sé qué va a pasar mañana. 

A veces, muchas veces, pienso que vale la pena deleitarse con todo lo caminado. Me gusta rebuscar en las fotografías, observar esa sonrisa eterna que se niega a desaparecer de mi pieza TEA. Me emociono viendo todos los vídeos cortos que le he ido haciendo al largo de estos casi siete años... Sus primeros balbuceos, sus risas picaronas de bebé, sus primeras galletas, aplausos que un día estuvieron pero desaparecieron, sus saltos y risas en la colchoneta, sus primeros encuentros con su querida playa... Muchos vídeos, mucha vida en ellos, mucho niño normal y poco niño con autismo. 

Me chifla grabar sus palabras o sus cantares en audios que envío a todo aquél que vela día sí y día también por mi pieza TEA. Y sentir que se pueden llegar a emocionar tanto como lo hacemos superpapáTEA y yo cuando oímos esa voz, SU VOZ, la que años atrás me parecía imposible pero que se ha hecho realidad. Es rudimentaria, pero ahí está. 

Por eso muchas veces pienso, que si hemos conseguido hacer realidad ese sueño de escuchar a mi pieza TEA.. ¿por qué no soñar con más bonitas realidades futuras?

Mi cabeza, como el viento, va loca volando de un pensamiento a otro, de un polo a su polo opuesto, de la alegría a la tristeza, de la esperanza a la temeridad... Es nuestra dualidad y hay que aceptarla y dejar que se exprese. No hay más.



No hay comentarios:

Publicar un comentario