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martes, 19 de septiembre de 2017

AGRADECIDOS ES POCO

Después de la tormenta viene la calma. Después de relámpagos, truenos, viento y lluvia rabiosa, aparece un sol espléndido, un cielo azul que deslumbra y todo lo ocurrido antes parece una pesadilla más que una realidad. En verano, después de una día de tormenta, volvemos a la playa y el agua está cristalina, quieta en su tranquilidad, como si estuviera exhausta después de varias horas de oleaje ininterrumpido, de un vaivén terrorífico, que quiere arrasar con todo, que no quiere dejar nada en su sitio. Vale la pena dejarse asombrar por la belleza de ese mar en calma. Olvidarse de esa tormenta que casi lo envolvió todo en un caos absoluto. 

Hace una semana, vivimos una tormenta de las que duelen de verdad. Hace una semana, no es que lloviera agua, llovieron "noes", llovieron puertas que se querían cerrar. Hace una semana la rabia y el dolor se apoderaron de mi y de superpapá TEA. Hace una semana la impotencia era el sentimiento que imperaba en casa. Podría haber escrito desde mi corazón rabioso, haber propinado mil palabras feas hacia todo lo que rodea a mi pieza TEA. Haber odiado ese autismo que no pedimos y que mi pieza TEA no necesita. Pero me resistí. Intenté ser paciente para ver si por fin volvía la calma y volvía a soplar el viento a favor. 

¿Qué pasó? Pues que las nuevas rutinas y retos a los que se está enfrentando mi pieza TEA requerían de un apoyo extra. Hablo de las acogidas del cole y del rato del comedor. El alma al suelo cuando el primer día de comedor nos comunican que no tendrá apoyo. Lágrimas de derrota cuando nos comentan que un apoyo en las acogidas es caro y no creen que hay solución. 
sintiéndome culpable por volver a trabajar, por no poder estar con mi pieza TEA en las entradas y salidas del cole, por no poder llevármelo a casa a comer. Sentí egoísmo por querer volver a trabajar y que mi pieza TEA se enfrente a nuevos retos. Sentí pena por ver que no entienden que no es culpa nuestra que mi pieza TEA no sea como los demás y necesite ese empujoncito de un adulto para sobrellevar la nueva situación con éxito... lágrimas de las que no se agotan. Daba igual si estaba en casa, en el trabajo o conduciendo, ellas salían sin pedir permiso...

Sin embargo, esa voz diciéndome "es difícil pero no imposible" me daba un poco de esperanza. Esa voz me la repetía una y otra vez. Esa voz estuvo y aguantó una madre pesada y sufridora, que le preguntaba si había visto a mi piea TEA, si estaba bien, si me podía decir tal o cual cosa, que qué tenía que hacer. Esa voz, esa persona que lo decía de corazón. Y acertó. 

Y es que, después de batallar el AMPA con quien fuera, consiguieron un monitor para mi pieza TEA en las acogidas y después de ese notición que me dejaba más calmada, vino el segundo notición: también había ayuda para el comedor.  Así, con estas dos noticias, la tormenta desgarradora fue alejándose. Poco a poco. Dejando un mar de agradecimientos para todas las personas que se han movido por los derechos de mi pieza TEA, que han luchado para conseguir Toda esta ayuda. 

Nunca podré dejar de agradecer a todas estas personas lo que han conseguido para un solo niño, nunca podré dejar de llorar de alegría por comprobar que sí, que hay gente buena, que hay personas con empatía, que yo tenía razón al pensar que el hombre es bueno por naturaleza, que algunos se desvían, pero los demás tienen la bondad en sus genes. 

Este post, cortito, es para todos ellos. Muchas, muchas gracias. 

Ahora solo falta que mi pieza TEA quiera comer la comida que le dan del comedor. Paciencia y pa'lante, siempre pa'lante. 


  

2 comentarios:

  1. Binnn!! Poco a poco todo se va regulando y ya veras que cuando se sienta seguro comerá y lo que haga falta. Paciencia, aunque de eso tienes dosis de sobra. ENhorabuena!!

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    1. Buenos días! Gracias Miren!la verdad es que aunque no coma de todo lo que haya conseguiremos que coma. Ayer por fin fueron las croquetas!

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