Debí haber escrito sobre él hace casi un par de meses. Porque, de nuevo, alguien de mis 18 cumplía, precisamente, 18. Sin embargo la vorágine de los días que se suceden sin dar tregua, los nuevos proyectos, lejos de este espacio, me hacía postergar muy mucho este post.
Martí fue el primer sobrino. El primer nieto de superabuelosTEA. El primer hijo de mi hermano. Nació en un momento bonito. Cuando en la familia ya había dos pequeñuelos más, Xixu y Sergi. Mi trío favorito de mosqueteros. Tan diferentes los tres, tan bien avenidos los tres.
Martí es mi tremenda debilidad. Por ser como es. Tan bueno, tan sencillo, tan risueño. ¿un pasota? pues, en realidad, no lo creo.
Recuerdo esa ilusión infantil en su eterna sonrisa (porque en eso se parece a mi pieza TEA), cuando esperaba conocer a su nuevo compañero de juegos. Un bebé, mi bebé. Estaba tan ilusionado que llegó a la clínica con un muñequito para Arnau , pequeño, de plástico. Me lo dio todo emocionado, todo feliz. Se hizo fotos con su primo y, hay días que me imagino que en su cabecita inocente, soñaba con compartir aventuras en un futuro. No fue así.
Sin embargo, los años compartidos, las comidas, los dás de playa, los días de piscinas y paseos me han demostrado que, a su manera, Martí ha disfrutado de su primo. y su primo, a su manera, de él.
He sido testigo de un corazón enorme que vela por mi pieza TEA. No he podido evitar emocionarme cuando, siendo mi hijo un enano de 2 años y Martí de 7, saltaban felices los dos en las camas elásticas. El mayor siempre pendiente del pequeño, el pequeño a su bola pero con el mayor.
Los días de vacaciones que han compartido los dos, ha sido un festival de emociones para mí. Porque es una gozada ese buen hacer de "hermano mayor" con Arnau. Ese sonreír ante las cosas de mi pieza TEA, el ayudarme, el intentar una y otra vez que mi hijo juegue con nosotros en la playa.
Martí es bueno por naturaleza. Siempre lo ha sido. Con una visión de vida tranquila y sosegada, que a mí me encanta pero a sus padres les enerva un pelín... pero solo un pelín, ¿vale?
Martí, además, es el nieto perfecto para superabueloTEA. Lo tengo claro. Porque en el fondo hablan el mismo idioma. Deporte para aquí, futbol para allá, cómo ha ido el partido para aquí, hemos ganado para allá... Es una relación tan bonita, que casi se asemeja a la que tienen superabuelo TEA y mi pieza TEA, pero en otro idioma.
El caso es, que mi Martí, es especial, más de lo que puede parecer a simple vista.
"Ja ho saps, Martí. La tieta loca, que sóc jo, m'agrada compartir moments amb vosaltres. Sempre, desde ben petitet m'has donat aquella vidilla que donen els nens. Però tu més, perquè sempre venies amb mi. Potser les meves idees de joc, de fer màgia amb pinyols de cirera, la teva visió d'una dona "gran" tirant-se per atrapar una pilota dins de l'aigua o jugar a bàsquet et sembla estrany. Però no crec. Perquè el teu pare i jo en aixó som uns cracs... Tenim un bon mestre, ja saps qui, oi?
Crec que no calen moltes paraules per dir el que sento. Ja ho saps prou bé. Hem compartit molts dies d'estiu, on has complert com ningú el paper de germà gran bo amb l'Arnau, i una mica germà capullín amb la Laia. Però al final, els tres, l'Arnau, la Laia i tu, formeu un trio més que espectacular. Li has sabut trobar la gràcia al teu cosí, tan estrany, tan distant, tan diferent, però mai t'has rendit per connectar, encara que sigui uns minuts amb ell. I això, és el més bonic que he pogut viure mai.
No canviis mai, Martí. El teu bon cor et portarà coses bones, perquè t'ho mereixes. T'estimo amb bogeria."
La foto que acompaña el post, creo que es una gran metáfora del papel que juegan tanto Martí como Laia, en la vida de mi pieza TEA, empujándole a conectar más con un mundo para él, hostil. Facilitando los dos ese andar por la vida de mi pieza TEA. Creo que sin ellos, faltaría algo en nuestra vida azul, faltaría esa mirada limpia de Martí, ese mirar con bondad la vida, buscando lo sencillo, y dejando atrás los problemas. Porque, al fin y al cabo, vivir con una sonrisa en los labios es lo mejor que podemos hacer.