Escribir le da forma a mis pensamientos. Buscar metáforas, describir imágenes que den pie a la imaginación para entender lo que siento me libera de muchas cosas que de otra forma quedarían encerradas en mi ser e irían clavándose cada día un poco más dentro de mí. ¿Cómo he llegado a descubrir que la escritura es mi vía de comunicación? no lo sé. Lo hago a mi manera, quien lo entienda, bien, quien no, pues también porque al menos ha hecho el esfuerzo de leer.
Siempre lo digo, escribo para mí y para los que quieren a mi pieza TEA sepan que seguimos andando con paso firme, que no nos vamos a detener aunque haya veces que nos den ganas de plantarnos y sentarnos a ver la vida pasar, porque las fuerzas no dan para más o sencillamente porque la impaciencia nos puede.
Nuestra vida se ha convertido en mirar únicamente el día en el que vivimos. Disfrutar desde que nos levantamos hasta que la tenue respiración de mi pieza TEA indica que está en el país de los sueños y que ya se ha esforzado mucho por hoy. Habrá presentes que nos pasaremos todo el día con lágrimas de frustración porque no conseguimos ver nada bueno, porque los bucles interminables no se dan por vencidos, porque los berrinches aparecen y desaparecen cada diez minutos, pero habrá otros días en los que mi pieza TEA brille como el sol de verano. Días de palabras, días de obedecer sin rechistar, días donde la risa se ha estampado en su carita redonda y no se puede borrar.
Y habrá presentes en los que mi pieza TEA resplandecerá con luz propia pero mis pensamientos nublarán sin remedio lo que debería valorar como una victoria más. Porque a veces, pocas, pero las hay, pienso en su camino, en todo lo que ha recorrido y miro a los de su edad y pienso en el camino que debería haber recorrido. No me siento frustrada, sé que los rodeos que da mi pieza TEA le llevan finalmente a conseguir lo que otros niños han conseguido caminando en línea recta. En su camino aparecen curvas a izquierdas y curvas a derechas, que suben y que bajan, donde alguna vez ha tenido que sortear árboles caídos por el vendaval del autismo. Y hay sombras por las que andar con tranquilidad, lo que le permite adelantar un buen trecho con paso firme. Es su camino, el que le tocó en un mal sorteo, pero que aceptamos por el mero hecho de querer sobrevivir a tal dificultad.
Estamos en un presente agradable, en un caminito estrecho pero de fácil acceso. Hemos, bueno no, ha avanzado por sí solo en cosas que parecían complicadas. Aceptar sin rechistar que se acabó el día de playa o que la sesión piscinera debe dejarse porque el atardecer ha llegado y la sombra hace que el baño sea frío. No tener problemas en irse con su padre dejando a mami en casa, compartir ratos con sus primos, a su manera, pero compartirlos, poder estar en un restaurante aunque la espera para comer sea eterna... un sinfín de pequeños detalles que nos hacen la vida más llevadera y que debemos valorar como grandes victorias.
Y hay algo, para mí muy importante y es que ha aprendido a escribir. Ha descubierto que poner letras en un orden concreto en el teclado significa algo y le da nuevas herramientas para conseguir sus deseos. No se trata de que haya aprendido a escribir galleta o pan o tablet... Eso lo pide de palabra y es consciente que decirlo tiene consecuencias casi inmediatas y positivas para sus propósitos. No, mi pieza TEA no necesita escribir esto. Ella necesita escribir títulos de canciones para encontrarlas en youtube. ¿cómo lo ha aprendido? pues observando.
Tenemos muchos ratos de coche, donde la música es imprescindible para mí, para conducir con alegría, con seguridad y relajada. Mi pieza TEA también lo ve así. Supongo que cree que conducir sin música no se puede y solo entrar en el coche ya me dice "oa" (posa, pon). Entonces en la pantalla de la radio van apareciendo los títulos de cada canción que suena. A base de verlo, y gracias a su pasión por las letras, el saber reconocerlas, aprendió a pedírmelas primero con la primera letra de la canción que quería par después sorprenderlo escribiéndolas con el teclado del ordenador. Le enseñé a buscar las canciones en youtube, indicándole dónde debía pulsar para que apareciera el teclado, primero le escribía yo pero ahora, muchas veces es la misma pieza TEA quien escribe el título de la canción que quiere escuchar. Su interés restringido por una serie de canciones fetiche, las canciones de mi pieza TEA, le han llevado a aprender a usar la escritura para conseguir escucharlas. Su gran memoria fotográfica le ha permitido copiar de memoria la serie de letras que forman el título de una canción determinada. Y para postres, sabe que tiene una lista de búsqueda donde las recopila todas y las identifica para poder escucharlas.
Un logro inimaginable, son solo canciones, no aportan mucho más que eso, el poder escuchar lo que a mi pieza TEA le apetece, pero sí que es la puerta que da pie a aprender a leer y escribir. Sé que queda mucho por hacer, que quizás sólo se quede en eso, pero, ¿y si no? ¿y si por si misma se va dando cuenta que en todos lados hay letras y palabras que poder leer, que tienen significado y que le pueden aportar todo un mundo? No lo sé, pero para mí es un gran paso para seguir pa'lante, como siempre, pa'lante.
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