Montse (la senyu) ha sido, es y será una de las personas más importantes en la vida de mi pieza TEA. Ella fue quien me dio el "bofetón" del autismo. Ella fue quien quiso mover las cosas cuanto antes y fue ella la que me puso los pies en el suelo. Fue ella quien el último día antes de Navidad me citó con la coordinadora del EAP para que viera a mi pieza TEA y habláramos un poquito de cómo era él, qué hacía, cómo se comportaba, etc. Ese día fue devastador. En cierto modo odié a Montse (la senyu) por no dejarme pasar las Navidades lejos de todo el dolor que nos vendría de golpe. Todo aquel tsunami de lágrimas, rabia, impotencia y negaciones que durante los meses posteriores invadirían sin remedio nuestro hogar. La maldije por no esperar a después de esas vacaciones, por abrirme los ojos, por no dejarme soñar que mi hijo lo único que tenía era dispersión y necesitaba que lo forzaran más.
Sin embargo, cuando el dolor ya pasó, cuando las fuerzas volvieron a mí y pude luchar por mi hijo, disfrutarlo tal y como es, quererlo como al que más, cuando todo volvió a la "normalidad", entonces creo que nunca dejé, ni dejaré de estarle agradecida. Por muchas cosas. Por aquellos detalles que sólo una mami con un hijo con autismo puede ver y valorar. Por darme el coraje suficiente para decidir que mi hijo debía hacer todas y cada una de las actividades, excursiones o planes que se hacían en la guardería. Por dejar que mi pieza TEA fuera la extensión irremediable de su mano, que la absorbiera más de lo normal. Por convertirse por unas horas en su otra "mami", en quererle como a uno más. Por ayudarlo a crecer como persona, por ser constante, por trabajar duro por y para él. Por comprender que es mejor estar un minuto en una actividad que no participar. Por enseñar a sus compañeros de clase a que mi pieza TEA, aun no hablando, aun no mirarles a los ojos, era uno más, uno de ellos y debían quererlo al igual que a los demás. Nunca me hubiera pensado que eso fuera importante, y lo es. Muchas de esas criaturas siguen estando con él en clase, después de tres años y en sus inocentes cabecitas saben que mi pieza TEA es distinta pero lo aceptan tal cual es y, ya lo he dicho muchas veces, escuchar de la voz de una mami que su hijo le ha contado ilusionados que Arnau dice hola o bon dia es una de las mayores alegrías que he vivido.
Pero Montse (la senyu), no tan sólo se desvivió por mi pieza TEA, sino que sin casi saberlo cuidó de mi, de mi estabilidad. Esas tutorías que empezaban en una mesa equipada ya con la caja de pañuelos porque llorar se me da de maravilla. Y muchas veces no lloraba de pena o por escuchar las dificultades de mi pieza TEA, si no de ver los avances que se iban gestando día a día, o cuando me enseñaba fotografías de las cosas que ocurrían en clase, o el día que me contó que después de estar trabajando tres meses, mi pieza TEA permitió que sus compañeros de la clase le cogieran de la mano para ir al aula de psicomotricidad y volver. Montse (la senyu) fue en más de una ocasión mi paño de lágrimas, me dio esa confianza para destapar penas, miedos y alegrías.
Al final, los dos años de guardería terminaron. Esos dos años fueron el bálsamo ideal para aceptar el autismo y aprender a convivir con él. Lo expliqué en la entrada "Despedidas... Hasta siempre" (leer). Empezó el cole de los mayores, con sus más y sus menos, y de vez en cuando hablaba con Montse (la senyu) porque el patio de la guardería estaba junto al patio de los pequeños del cole grande. Y sé que seguía de cerca a mi pieza TEA , que preguntaba por él y si era necesario, desde la lejanía nos ayudaba a avanzar.
Este nuevo curso, implicó un cambio de aula, un cambio de patio y cortar definitivamente ese lazo que unía a todos los pequeños con ese refugio que suele ser la guardería. Por cuestiones de la vida, por horarios o por lo que sea, me he cruzado muy pocas veces con Montse (la senyu), así que, en el fondo ya era una persona que pasó de formar parte de nuestras vidas día a día, a ser un recuerdo, un alma más que camina junto a nosotros un tiempo, que nos aporta lo que nos aportó y que después su camino sigue por otros lares.
¿Por qué me ha dado por hablar de ella? porque la casualidad quiso que me encontrara con un comentario largo, íntimo, emotivo que ella me dejó en el blog. Cuando hablé de los parques, de ese lugar en el que mi pieza TEA es tan feliz. Por lo que sea no vi el mail avisando del comentario, pero al releer las últimas entradas lo vi. Y lloré. Una emoción escondida, un revivir el pasado, unas palabras reconfortantes porque a veces creo que no sirve de mucho escribir lo que escribo, porque estaba en un momento de cambiar el enfoque de mi blog. Pero no. Comprobar que si hay reflexión lo que escribo sirve más allá de las familias azules, ha sido uno de los regalos más bonitos e inesperados del año que hace nada terminó.
Muchas gracias, por tus palabras, por llevar a Arnau en tu corazón y por seguir sus avances en silencio.
"Continuo siendo una gran fan del Blog “Mi pieza TEA”, aunque a veces me mantenga lejana, a fin de cuentas, igual que Arnau, parece que no estoy y estoy aquí mismo. Hay veces que la vida nos lleva por caminos que nosotros nunca hubiéramos escogido, pero cuando uno se adentra por esos parajes que parecen oscuros, sombríos, dolorosos..., a medida que vas andando te sorprende cada paso del camino, la luz que hay en él, la de senderos diferentes que te ofrece, aunque parece solitario está lleno de seres que te acompañan y acaban siendo importantes en tu vida, y finalmente la felicidad que vas encontrando paso a paso.
Yo también he necesitado un tiempo para ordenar cajones, como mama TEA, la verdad que seguir el Blog me ayuda en muchas ocasiones a ordenar mi vida, y cuando uno ya va teniendo las cosas en el sitio bien colocadas, encuentra fuerzas para seguir, a veces se necesita alguien que espante tus miedos y que te ayude a ver que la vida siempre te ofrece otra opción, como correr o espantar las palomas en lugar de huir de ellas y tenerles miedos, o aprender a soportar esos miedos que tenemos y que finalmente no hay modo de que desaparezcan porque son parte de la naturaleza.
Todo esto me lo continua enseñando Arnau, con la ayuda de su super papa TEA, que le ofrece el modo de jugar con las palomas o de aceptar que la tos de su mama TEA ya que es una evidencia que tiene que convivir en ocasiones con ella.
Me alegré de que Arnau tenga un nuevo compañero de camino y me alegro mucho más por Blau, seguro que no podrá tener en la vida un mejor amigo que el que la vida le ha puesto en el camino, Felicidades a los dos!!!.
Entiendo perfectamente a mama TEA, cuando habla de que echa de menos su trabajo, sin estos “pequeñajos” yo tampoco sé que seria de mi vida, ellos son los que nos enseñan a nosotras a diario, como me enseño a mi Arnau todo el tiempo que tuve la suerte de que estuviera a mi lado, y como me continua enseñando a través de este Blog. Pero piensa en el camino, te saldrán senderos en los que podrás pararte y otros que te darán la oportunidad de realizar todos tus sueños, estoy completamente segura de ello.
Y sobre todo ante todo continuo apostando y creyendo en la capacidad de superación de Arnau y de toda su familia, es increíble !!!.... No lo dudéis nunca.
Aquí va mi confirmación de todo lo que cuenta mama TEA, ya que hay pruebas demostrables de lo que le fascinan los toboganes desde que era bien pequeñito.
Un beso para mi queridísimo ARNAU !!!, estoy siempre contigo y con tus super PAPAS TEA.
Montse (senyu)"
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