viernes, 28 de abril de 2017

R. Y EL ORDEN ALFABÉTICO

Hoy ha sido un día triste. De aquellos que tarde o temprano nos llega a todos. Ese día que la edad, la enfermedad o un accidente te arrebata un padre o una madre. No ha sido en mi familia, sino en el hogar de R. Y me ha afectado. Mucho. Porque son más de 30 años compartiendo risas y lágrimas, sueños y pesadillas, estudios y diversiones, distanciamientos y acercamientos. R y yo nos conocemos desde pequeñas. Nos unió la escuela, esa escuela que recordamos a menudo con cariño. Sus maestras antiguas y esos profes que eran novedosos. Las maestras serias y permanentemente enfadadas y las que derrochaban cariño a sus alumnos. El profe de francés con sus poses extrañas, o la de gimnasia que parecía que se iba a una boda en lugar de hacer su clase. O esa señora, mayor muy mayor que nos inculcó el placer por la música a ritmos de piano. Y sus nu nu nu nus subiendo tonos pasandoa mano de la barriga al pecho, del pecho al cuello, a la barbilla y arriba arriba.
 
Y hoy, cuando la pena nos une y mientras conducía hacia Barcelona, mi mente pensaba. ¿Cuándo nos hicimos amigas? ¿Por qué ella y no otra niña? ¿Qué nos hizo inseparables? Y escuché esa voz pasando lista cada mañana. "García, Garrigós, González..." El abecedario, el orden alfabético nos unió. Cada principio de curso tocaba sentarse por orden alfabético en los pupitres de dos. Y cada dos años, mi compañera de pupitre era R.
 
Por cuestiones extrañas de la educación cada curso impar nos separaban y cada curso impar, parecía que todo lo compartido el curso anterior no tenía importancia, caía en el olvido y moría la amistad. Pero volvían los cursos pares, y ahí, como si hubiéramos estado jugando ayer, la amistad renacía de sus cenizas. Volvíamos a compartir juegos, risas, caminatas lentas de vuelta de las excursiones o esos diez minutos sentadas las dos en el portal de su casa. Esos minutos en los que al parecer aun no nos habíamos explicado todo.
 
Terminó la EGB y nuestros mundos tomaron caminos distintos. Institutos diferentes, amigos distintos, amores y desamores y la distancia se hizo casi insuperable... Pero no, cuando una amistad es real, no importa la distancia, no importa si te pasas un año o dos sin saber nada la una de la otra. No pasa nada, un buen día, te cruzas con ella y retomas eso que siempre ha estado ahí.
Y así fue y es con R. Hemos vivido nuestras bodas, con sus abrazos de plena alegría por un sueño conseguido. Hemos sonreído al ver a nuestros bebés en nuestros brazos. Nos hemos abrazado cuando los malos momentos han ido llegando. Hemos compartido mil historias que recordamos pasados tantos años. Y ahí seguimos y ahí seguiremos.
 
Hoy no hablo de mi pieza TEA. Hoy no toca, a pesar de que R. y Arnau comparten algo. Los dos con sus cosas que los hacen diferentes a los demás, son mis seres especiales. Los que ahora, siebdo adulta, me han enseñado a ser fuerte y luchar. Los que me han enseñado con sus historias personales que hay que ir siempre con la cabeza muy alta.
 
R. Ets molt i molt gran. T'admiro, per la teva força, per la teva valentia, per el teu esforç. Avui he tingut la necessitat de parlar de tu i la nostra amistat. És el meu petit homenatge a la nostra amistat. Les paraules escrites no es perden mai.
 
R. Eres muy muy grande. Te admiro, por tu fuerza, por tu valentia, por tu esfuerzo. Hoy he tenido la necesidad de hablar de ti y de nuestra amistad. Es mi pequeño homenaje a nuestra amistad. Las palabras escritas no se pierden nunca.
 
 

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