jueves, 8 de febrero de 2018

TE MIRO A LOS OJOS Y ...

Te miro a los ojos cuando tú también lo haces. Fijamente, como si buscaras saber qué pienso. Y lo único que pienso es en zambullirme en tus ojos y adentrarme nervio óptico para arriba. Llegar a tu fondo, a saber si piensas hablando como yo o si sólo ves imágenes. Me pregunto si realmente piensas, si entiendes lo que ves, lo que oyes, lo que tocas. Sólo soy capaz de suponer que sí, que piensas en tus cosas, que sí eres capaz de resolver pequeños problemas cotidianos como coger una galleta que está en lo alto de la estantería. Sé que miras diferente, que ves las cosas como buscando lo que nadie puede ver. Y lo sé porque he fotografiado muchas veces tus miradas. Y he visto lo importante que es para ti que haya simetrías, que se repitan las formas o las líneas o que la perspectiva engrandezca la escena. Sin embargo se me escapa cómo miras a las personas, a los de casa y a los de fuera.

Te miro a los ojos y sé que me quieres. Observo como abrazas a tu padre y sé que le adoras. Veo abrazos sin venir a cuento a personas que te dan cariño, que te cuidan y te trabajan, aunque a veces te riñan, aunque te hagan hacer cosas que no quieres. Da igual, ese abrazo dice más que mil palabras mal dichas.

Te miro a los ojos y me pregunto qué pensarás del ser humano, de la sociedad. Me pregunto si nos entiendes al menos un poco, pero creo que no porque nosotros a pesar de intentarlo, tampoco te entendemos, que muchas veces no entendemos tus obsesiones, como mirar portales, observar números o ir y volver por el mismo sitio. Se me escapan las explicaciones. Algunas las puedo entender, otras no. Si pudieras explicarme el por qué todo sería maravilloso, quizás no harían falta tantas riñas ni tantos berrinches, quizás podríamos descubrir la manera de ayudarte a salir de esos bucles interminables que solo te hacen mal. Pero no, tu silencio, tus movimientos de ahora aquí pero corro para ver eso de allí para volver al aquí, tus miradas lejanas a veces... todo eso no me ayuda.

Sin embargo, te miro a los ojos y solo hay una verdad que me asalta. Esa verdad de que eres casi como una droga para mí. Que dueles pero no podría vivir sin tenerte cada mañana conmigo, con tu bon dia o tu bona nit. Que toda mi vida gira en torno a ti. Que no me importa ya tu condición aunque me dé miedo que crezcas. Una vez alguien me dijo que quería a su hijo con su autismo, que sin esta condición no sería su hijo, sería otro. Yo no lo entendí. Era muy al principio de nuestras andadas, pero ahora, con tus seis años, estos que estrenas hoy, comprendo que tú no serías tú si no tuvieras autismo. Serías otro Arnau, quizás menos risueño, quizás más arisco, quizás malo o quizás demasiado bueno. Pero no serías tú.

Hoy, cuando hace seis años que compartimos nuestras vidas, te miro a los ojos y pienso que todo es una putada, que no es justo, que hasta ahora parecía fácil, pero no lo será. Pero también pienso en que no te cambiaría por nadie. Eres tú, único. Hoy te miro a los ojos y sólo deseo seguir pa'lante. Con deseos quizás inútiles, quizás realidades futuras. No lo sé.

Te miro a los ojos y solo puedo decir: "com t'estimo".

Feliz Cumpleaños Arnau


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